1994 El Año en que todo ocurrió

AutorSabino Bastidas Colinas

SABINO BASTIDAS COLINAS

ANALISTA POLÍTICO Y DIRECTOR DE PENSAR DIFERENTE CONSULTORES

Hay años en los que no pasa nada. Y años en los que pasa todo. En México, 1994, fue de estos. Un año desconcertante, duro, difícil, memorable para toda una generación de mexicanos.

Pasó de todo: el surgimiento de una guerrilla indígena que desde Chiapas le declaraba la guerra al gobierno; el uso de internet para un movimiento social local, que en pocos días se volvía global; el secuestro de un ex gobernador; enfrentamientos y absurdos bombardeos en la selva chiapaneca; un gobierno sorprendido y rebasado que se desilusionaba ante el derrumbe de su gran momento de gloria y que operaba hasta el límite de sus capacidades; una crisis permanente de comunicación; una severa crisis política; división y fractura dentro del PRI y de la élite gobernante; cambios obligados de gabinete; comisiones negociadoras, formales e informales; sucesivos comunicados desde la Selva Lacandona; un Tratado de Libre Comercio que entraba en vigor, ante las dudas de los firmantes, por el socio con el que se habían embarcado; preocupación constante de los mercados; devaluaciones contenidas; una ola de secuestros a varios personajes relevantes; el traumático asesinato del candidato del partido gobernante Luis Donaldo Colosio; la sustitución de un candidato a la Presidencia; una oposición pasmada; una elección accidentada y anticlimática asistida por el voto del miedo, en la que vuelve a ganar el PRI; el asesinato del polémico secretario general del PRI; la tensión constante de una economía que no estaba preparada para todo lo que pasaba; la entrada de un nuevo gobierno; y finalmente una crisis económica sin precedentes, que se incuba a lo largo de todo el año, y que adquiere dimensiones y proporciones globales y catastróficas para millones de familias mexicanas, con los errores de noviembre y de diciembre.

Por supuesto que no es todo. Pasó mucho más y de cada punto han corrido ríos de tinta y millones de bytes. Pero sin duda este apretado recuento nos da una idea, nos refresca la memoria un poco, de todo lo que vivimos en aquel año. Los recuerdos son muchos. Los detalles innumerables. Varios los amigos y los personajes que ya no están.

Vivimos aquel año pegados como nunca a los medios, a los noticieros, saltando de noticia en noticia, de rumor en rumor, tratando de entender, siguiendo todos los días las muchas tramas, tragedias e historias, como si fuera el thriller de suspenso de una gran novela o una gran película que se llamaba: "México".

Era una incertidumbre memorable. Como bien decía Joaquín Sabina, había un tequila por cada duda. Sobraban las explicaciones, las reflexiones, los debates en todas partes. Cualquier comida familiar se convertía en mesa de análisis. Comentábamos y opinábamos con todos en todas partes, en una gran catarsis nacional. Todo mundo tenía su versión y su especulación. Parecía entonces, y hoy estoy cada vez más convencido, que hubo momentos en los que realmente nadie tenía claro qué estaba pasando. Los escenarios y los desenlaces imaginados y narrados llegaron a ser terribles, dentro y fuera del gobierno. Todo podía pasar y todo pasaba...

Ninguna palabra resume completa y correctamente lo que sentimos y vivimos aquel año. Pero si tuviera que elegir una, utilizaría la palabra miedo. Sería la más acertada. Los mexicanos sentimos miedo. Un miedo contenido, expectante, extraño, imaginando que todo se desbordaba. No recuerdo quién dijo que fue el año que vivimos en peligro: quizá fue cierto. Un miedo que tuvo sin duda una expresión electoral que llevó a los ciudadanos a votar nuevamente por el PRI.

Después de lo que estaba pasando, luce anticlimático el triunfo del PRI. Pero a...

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