El Informe Oppenheimer / El giro a la izquierda en Costa Rica

AutorAndrés Oppenheimer

Cuando entrevisté al Presidente electo de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, pocos días atrás y le pregunté qué impacto tendrá su elección como el primer presidente de izquierda o centro-izquierda de la historia reciente de su país, me dijo que no se unirá al bloque bolivariano del ALBA, y que será un presidente "moderado", y "no muy distinto" a varios líderes progresistas de Europa y Estados Unidos.

Pero Solís -que asume el cargo el 8 de mayo, y que presidirá la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) durante lo que queda de este año- dijo, al mismo tiempo, que diversificará la política exterior de su país, que según sugiere ha estado demasiado enfocada hacia Estados Unidos, y que Costa Rica va a tener muy buenas relaciones, como las ha tenido hasta ahora, con países miembros del ALBA.

Agregó que "Costa Rica no se ha fijado en otros momentos de su política exterior hacia el sur, y yo quisiera hacerlo", refiriéndose a su intención de "intensificar" las relaciones con Brasil, Uruguay y Chile.

Solís, un ex diplomático y profesor de relaciones internacionales, que en 1999 fue investigador en la Universidad Internacional de la Florida (FIU) en Miami, asumirá la presidencia en medio de una creciente incertidumbre económica y política.

Poco después de su elección, la empresa de computación estadounidense Intel -cuya planta de microchips en Costa Rica era el principal escaparate de Costa Rica para atraer inversiones de alta tecnología-anunció que cerrará parcialmente sus operaciones en el país, despidiendo a mil 500 empleados. Horas más tarde, el Bank of America anunció que cerrará su "call center" de Costa Rica, despidiendo a mil 400 personas.

Para empeorar las cosas, la inversión extranjera en las zonas de libre comercio de Costa Rica ha caído en los últimos tres años.

Cuando le pregunté a Solís sobre estos golpes a la economía del país, me dijo que Intel y Bank of America "han dicho que su salida parcial de Costa Rica obedece a razones globales, y nada tiene que ver (en sus decisiones) ni mis declaraciones, ni mi elección, ni las condiciones internas del mercado interno costarricense".

Agregó que las dos empresas esperaron hasta después de las elecciones para hacer sus anuncios para no contaminar el proceso electoral, y que ya tiene noticias de nuevas inversiones que vienen, en un monto que probablemente se aproxime en términos de empleo a los empleos que se han perdido.

Solís también tendrá que hacer frente a un complejo...

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