AGENDA CIUDADANA / Las batallas por el petróleo

AutorLorenzo Meyer

LAS ARENAS

La batalla que se está iniciando en México en torno al petróleo -una disputa por el sentido de la reforma energética por venir para determinar a quién beneficia y con qué consecuencias- es parte de una cadena de intereses en conflicto cuyos orígenes se remontan a más de 100 años. En cualquier caso, la lucha por la renta petrolera se ha desarrollado en dos grandes escenarios: uno dominado por los actores internos y otro donde los reflectores los tienen los externos.

Casos de batallas dadas básicamente por y para intereses dentro de los círculos de poder mexicanos hay varios. Por ejemplo, cuando la petroquímica se convirtió en una actividad muy redituable, se presionó con éxito para que esa actividad se subdividiera en dos ramas, de tal forma que "sin privatizar el petróleo" una se abriera al capital privado. Otro ejemplo de pugna interna fue la que desembocó en la partición de Pemex en 1992 en cuatro subsidiarias -exploración y producción, refinación, gas y petroquímica básica y petroquímica- más una considerable cantidad de filiales y organismos subsidiarios que, entre otras cosas, llevó a un aumento notable de la complejidad administrativa pero no necesariamente de su eficiencia. La subordinación de Pemex a la Secretaría de Hacienda fue otra pugna interna, y hay más.

EL ACTOR EXTERNO

Las luchas por el petróleo mexicano más espectaculares han sido esas donde aparecen las fuerzas externas en los papeles centrales. En esta categoría podemos listar al menos una docena de casos, pero si se hila fino se encuentran más. De la primera batalla pocos se dieron cuenta, fue asunto tratado en la cúspide del poder porfirista a fines del siglo XIX e inicios del siguiente. El objetivo fue dar seguridad a la inversión externa modificando la legislación de tal manera que el propietario de los depósitos de hidrocarburos en el subsuelo -no se tenía idea exacta de cuán importantes eran- no fuera ya la nación sino el dueño de la superficie. Para ello se expidieron las leyes de 1884, 1901 y 1909. Esa batalla fue casi silenciosa y la ganó el capital externo.

El segundo choque ya fue sonoro y tuvo lugar durante el breve gobierno maderista. El motivo fue el impuesto de 1912: veinte centavos por tonelada de petróleo extraído. Ahora ya se sabía que los depósitos petroleros eran importantes, el gobierno buscaba ingresos y las empresas y sus gobiernos se opusieron, sin éxito, a que se modificaran los términos de los contratos originales que sólo comportaban...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR