Agenda Ciudadana / El gran debate

AutorLorenzo Meyer

Estados Unidos y el resto del mundo

Los acontecimientos en Iraq marchan hoy por caminos imprevistos, al menos imprevistos en Washington; los supuestamente liberados quieren liberarse ya de sus libertadores. En cualquier caso, la situación está forzando a todos los actores relevantes dentro de Estados Unidos y la coalición que armó para legitimar su intervención en el 2003 en la antigua Babilonia -España en particular- a replantearse los términos en que la superpotencia se debe relacionar con el mundo.

Y ese debate, a querer que no, implica que en el resto de la comunidad internacional también tienen que llevar a cabo un ejercicio equivalente alrededor de una cuestión clara y simple pero que puede tener respuestas múltiples, complicadas y contradictorias: ¿qué postura debe asumir cada actor internacional de cara a la posición y a las demandas de Washington? México, en su calidad de país atrasado, dependiente, con una economía que no crece, vecino y socio comercial de la superpotencia en el Tratado de Libre Comercio de la América del Norte, tiene más urgencia que otros por encontrar una respuesta correcta. Y cualquiera que sea la definición que Washington adopte sobre su papel en el sistema mundial, nuestro país está obligado a poner en orden sus ideas y redefinir su proyecto y estrategia en función de ese contexto y de su interés nacional.

El preámbulo de un gran debate

El último gran debate en torno al concepto de seguridad que se dio en Estados Unidos tuvo lugar poco después de concluir la Segunda Guerra Mundial. El resultado fue una definición del comunismo soviético como un proyecto perverso de dominación global -la posguerra fría ya ha dado lugar a un revisionismo que pone en duda la validez de esa idea, pero ése es otro asunto- y por eso Washington decidió mantener a cualquier costo una superioridad militar como la única manera de contener al "mal" -el comunismo- y defender su seguridad. El resultado fue una carrera armamentista y un complicado sistema de alianzas que terminaron por dejar exhausta a la Unión Soviética y hacerla inviable como superpotencia. El centro del sistema de alianzas de Washington fue la Organización del Tratado del Atlántico Norte de 1949 (OTAN), pero también incluyó a la América Latina -Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de 1947- y a Asia y a Australia -Organización del Tratado del Sudeste Asiático de 1954. La reacción soviética fue el Pacto de Varsovia de 1955, un no muy duradero tratado de amistad chino-soviético y muchos acuerdos bilaterales con países del Tercer Mundo.

El mundo de la Guerra Fría...

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