AGENDA CIUDADANA / Madero, el otro Díaz, Reyes y Huerta
Autor | Lorenzo Meyer |
LA HISTORIA
El "juicio de la historia" no existe. Lo que hay son juicios de los historiadores que generalmente reflejan las preocupaciones de la época en que se hacen. A 100 años de la "decena trágica", ¿qué podemos decir de lo acontecido en 1913?
Muchas cosas pero este espacio sólo alcanza para esbozar algunas.
MADERO
Quienes hace un siglo contribuyeron a la caída y quien ordenó la muerte del presidente Francisco I. Madero lograron lo que no buscaban: inmortalizar a su víctima y desatar una revolución. En contraste, los tres generales que entonces encabezaron la destrucción de la primavera democrática mexicana y ensangrentaron al país -Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta- son hoy símbolos de ambiciones sin grandeza, de fracaso político rotundo y, el peor de ellos, Huerta, es considerado la encarnación misma de la perversión política y de la traición.
La rebelión organizada y encabezada el 9 de febrero de 1913 por los generales Díaz y Reyes, y que involucró a una parte del Ejército en la madrugada de ese domingo, fue la culminación de una conspiración de militares en prisión y en activo que buscaba no únicamente derrocar al Presidente sino echar atrás el reloj mismo de la historia política mexicana: cancelar el esfuerzo -el gran experimento- democrático iniciado por el Partido Antirreeleccionista y Madero tras su negativa a aceptar la legitimidad de la séptima reelección de Porfirio Díaz en 1910.
UN PERSONAJE SIN SENTIDO
Félix Díaz estuvo marcado siempre por la sombra del hermano de su padre: Porfirio Díaz. Como militar y político, Félix fue un fracaso. Su primer levantamiento contra Madero en Veracruz, en octubre de 1912, fue aplastado sin grandes dificultades y en siete días por la parte leal del Ejército. En 1913, el aliado circunstancial pero crucial de Díaz en el golpe militar que acabó con Madero, el general Victoriano Huerta, en un abrir y cerrar de ojos eliminó al "sobrino de su tío" como aspirante a la Presidencia y lo sacó del país. Finalmente, como jefe de un contrarrevolucionario "Ejército Reorganizador Nacional" (1916 a 1920), Félix Díaz fue de nuevo otro fracaso. Desde entonces y hasta 1941 vivió exiliado. Sobrevivió sin gloria hasta su muerte en 1945.
EL GENERAL QUE SE DECIDIÓ A DESTIEMPO
Bernardo Reyes, el general más importante a inicios del siglo XX, perdió la oportunidad histórica de enfrentar directamente a Porfirio Díaz en el campo electoral al abandonar a sus partidarios -que ya estaban organizados- y salir...
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