AGENDA CIUDADANA / Los que mandan

AutorLorenzo Meyer

TESIS

Hace más de dos milenios, entre el 335 y 322 a. C., cuando Aristóteles escribió su Política, el filósofo llegó a este par de conclusiones: "la pobreza y la riqueza constituyen la verdadera diferencia entre la democracia y la oligarquía" y "cuando muchos poseen mucho y otros nada, entonces lo mismo puede surgir una democracia extrema que una oligarquía pura" (La política, libro III, Cap. 9 y libro IV, Cap. 11).

En México, donde muy pocos poseen mucho y muchos muy poco, ya es claro que no vamos camino a una democracia, extrema o no, sino a su antítesis, a la oligarquía pura.

Una de las razones de la difunta Constitución de 1917, cuyo aniversario acabamos de celebrar, fue diseñar las reglas que permitieran superar el carácter oligárquico del sistema que había creado el Porfiriato (prohibió monopolios, acabó con el latifundio, protegió los derechos de los trabajadores, disminuyó el peso de las grandes empresas extranjeras, etcétera). Finalmente el esfuerzo falló y desde mediados de los 1980 México entró en la etapa de la construcción de una economía neoliberal y de una nueva oligarquía. Y así como la Rusia zarista desapareció tras la revolución de 1917 para reaparecer 83 años después en la Rusia de Putin, el México de la posrevolución acabó por recrear un sistema oligárquico no muy diferente al que había en el porfiriato maduro.

OLIGARQUÍA GLOBAL

La concentración extrema de la riqueza y sus efectos políticos no son un fenómeno local sino mundial. Según Oxfam -ONG creada en Oxford hace 72 años para ayudar a combatir hambrunas y que hoy tiene presencia en más de 90 países-, la fortuna de las 85 personas más ricas del mundo equivale a la suma de los ingresos de media humanidad: de los 3,500 millones de habitantes menos afortunados del planeta. Otra manera de decir lo mismo es ésta: el 1% de la población tiene la mitad de la riqueza mundial. Oxfam concluye algo evidente pero fundamental: la desigualdad mundial, sin paralelo en la historia, es un resultado de la captura de los gobiernos por las élites económicas y nos ha llevado a un terrible círculo vicioso: entre más se concentra la riqueza mayor es la capacidad de los beneficiados para acelerar el proceso (Oxfam, "Working for the few. Political capture and economic inequality", 178 briefing paper, enero 20, 2014, pp. 1-3). La organización presenta como uno de los ejemplos de este proceso el caso de Carlos Slim, "dueño de grandes monopolios en México y otros países, que con los ingresos que...

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