AGENDA CUIDADANA / La evanescencia del proyecto nacional

AutorLorenzo Meyer

De corta duración

A lo largo de la historia del México independiente ha surgido un buen número de proyectos de nación (PN), pero sólo un puñado logró materializarse, al menos parcialmente. El primero de éstos, el liberal, tardó en madurar, pero se mantuvo vigente por decenios, como también fue el caso de los dos siguientes: el revolucionario y el posrevolucionario. Sin embargo, el último, el neoliberal, apenas si aguantó una docena de años en su modalidad autoritaria y ahora, en la supuestamente etapa democrática -del 2000 a la fecha-, se está desmoronando. En realidad, es posible incluso suponer que ya dejó de existir y que la acción del gobierno actual a lo más que aspira es a sobrevivir.

La definición

Para adentrarnos en la cuestión planteada, conviene intentar una definición del concepto. Teniendo como base la experiencia histórica, un PN es una gran propuesta de futuro colectivo a la que se le atribuyen posibilidades razonables de éxito. Se trata de un diseño de régimen político para hacer del ejercicio del poder la solución a los grandes problemas nacionales. Esa fórmula política plantea metas generales y sugiere medios para alcanzarlas.

Todo PN implica necesariamente una concepción de la naturaleza humana y de la sociedad. Igualmente, todo PN digno de tal nombre contiene, aunque no lo acepte de manera explícita, una cierta dosis de utopía, de sociedad ideal. Ningún gran proyecto puede funcionar sin ese elemento que despierta la imaginación y el altruismo, aunque tampoco puede alejarse demasiado de la realidad. Un PN que tiene éxito es porque pudo negociar lo ideal con lo real.

Es natural que en cada época histórica convivan y choquen más de un PN y ése ha sido el caso de México. La textura del proceso político de un periodo determinado se puede explicar justamente como el resultado de la competencia, lucha o negociación de proyectos. Ese proceso transcurre en varios planos. Por un lado, el conflicto por lograr el control efectivo de los instrumentos de poder: gobierno, medios de comunicación, etcétera. Por el otro, el ideológico: la disputa por la imaginación colectiva y por el apoyo social a las ideas, al partido o grupo que las presenta como su plataforma y a los individuos que conforman su liderazgo.

En principio, cualquier PN es una construcción ideológica que tiene su origen en las élites políticas y sus elementos más intelectuales. Entender hasta qué punto, por qué y cómo las ideas y valores de un proyecto específico logran...

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