Ley de Armas de Fuego y Explosivos: Un arsenal latente

AutorOscar Vladimir Martínez

Parecen "cuernos de chivo" de verdad, pero sólo son réplicas. Disparan balines metálicos expulsados por gas o descargas eléctricas; por ello no se les considera "armas de fuego", aunque a corta distancia pueden ser igual de letales. Cuestan alrededor de 400 dólares y para conseguirlos basta tener tarjeta Visa o American Express, entrar a la página web de la empresa estadounidense que las vende, efectuar la compra, solicitar un permiso especial de importación y notificar a las autoridades castrenses.

Poseer un arma es una posibilidad cada vez más al alcance de cualquier persona. Paulatinamente deja de ser una potestad exclusiva de las instancias del Estado facultadas para ello, de los delincuentes y de los grupos guerrilleros.

Hoy, la ciudadanía tiene frente a sí múltiples posibilidades para la adquisición de pistolas o rifles que le permitan -en el mejor de los casos- resguardar su seguridad personal y la de sus bienes. El comercio mundial vía Internet y la flexibilización en las leyes respectivas expanden las vías para una virtual pistolización de la sociedad mexicana.

Actualmente sólo es posible adquirir por la vía legal pistolas y revólveres de bajo calibre, así como rifles y escopetas para trabajadores del campo, las cuales deben ser autorizadas por la Secretaría de la Defensa Nacional.

Sin embargo, en la Cámara de Diputados está pendiente la aprobación de una nueva ley ya dictaminada que supone menores restricciones, como la intermediación de gobiernos municipales con la Sedena para autorizar la posesión de armas, así como el establecimiento de un plazo de 180 días a partir de la entrada en vigor de esta ley para registrar todas las armas con que se cuente, sin precisar su origen: bastará con la presentación del artefacto ante las autoridades militares.

En opinión de legisladores de oposición y especialistas, de aprobarse esta iniciativa se abrirían canales para la proliferación de la venta y fabricación de armas de fuego, se afectarían garantías individuales y se daría al Ejército un grado semejante al de autoridad judicial, con la facultad de inspeccionar domicilios particulares sin estar obligados a presentar una orden de cateo.

Por la vía clandestina, la delincuencia organizada sigue siendo la principal proveedora de rifles de asalto, pistolas y metralletas automáticas, granadas, lanzacohetes y un sinnúmero de instrumentos bélicos.

El comercio electrónico sin restricciones constituye, en ese contexto, la más novedosa alternativa para conseguir nuevos tipos de armas no reglamentadas, sin sus características tradicionales pero con un poder de destrucción similar.

Más que imitaciones...

Con sólo dar un "click" y contar con una tarjeta de crédito con validez internacional como American Express, Visa o Master Card, es posible adquirir equipos que no funcionan a base de pólvora, sino de gas comprimido, energía eléctrica o propulsión mecánica.

El sitio web de AirSoft Guns & Replica Firearms ofrece copias genuinas de armas conocidas como el AK-47 (conocido como "cuerno de chivo"), el M-16 (utilizado en la guerra de Vietnam) o las metralletas Uzi.

Estas imitaciones están fabricadas con polímeros (composiciones químicas similares al plástico pero más resistente que éste) y algunas partes de metal. No disparan balas, sino balines metálicos de 6 milímetros expulsados por gas o por descargas eléctricas.

El AK-47 y el M-16A2 se cotizan en 449 dólares; un fusil de asalto M-4A1 tiene un precio de 399 dólares. También se manejan las ametralladoras: una Uzi, en 399 dólares; una Steyr, que puede disparar hasta 300 municiones por minuto, cuesta sólo 29.90 dólares, o si se desea una copia de un arma de mano con 16 tiros, se puede adquirir una Beretta .38 o una Glock 17 en 29.95, o bien una P228-Heavy Weigth en 34.95 dólares. La compañía que expende estas armas se localiza en Estados Unidos y las importa de Japón. Los pedidos se entregan al comprador al cabo de tres semanas y éste debe pagar 18 dólares adicionales por gastos de manejo y envío.

Aunque asegura que cumplen con todas las normas de seguridad exigidas por el gobierno estadounidense, el distribuidor advierte que "no son juguetes" y que pueden causar lesiones graves. Las únicas restricciones que se exigen son que, en caso de adquirirlas, deberán ser usadas únicamente por mayores de 18 años y la compra no debe implicar una violación a la normatividad del país al que se exporten. En México ninguna legislación considera este tipo de productos.

Según la agencia aduanal de importación Gregorio Oñate y Compañía, la compra de este tipo de armas requiere un permiso especial de importación expedido por la Secretaría de Comercio, además de una notificación a la Secretaría de la Defensa. Además, si la adquisición se realiza con fines de venta, las armas deberán ir etiquetadas con la información del comprador y del exportador, como cualquier otro producto que entre al país.

Consultada también al respecto, la agencia aduanal Grupo Zego establece que se tendrá que enviar un escrito de consulta a la Sedena para que dé su anuencia para la importación de estos productos. Una vez cumplido este requisito, las compañías de mensajería cuentan con una franquicia de importación, la cual las obliga a seguir rigurosamente los trámites de ingreso de la mercancía al país.

Acudir a delincuentes para defenderse de ellos

Es en la delincuencia organizada donde la población, motivada por un sentimiento generalizado de inseguridad, ha encontrado una fuente de abastecimiento para su necesidad de defensa.

Un ejemplo es el barrio de...

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