Aviación comercial: Sin levantar el vuelo

AutorVíctor Manuel Camposeco

México padece las consecuencias de una política insensata en materia de aviación comercial; Taesa puede ser su producto más característico. La exitosa y acosada Corporación Internacional de Aviación (Cintra) y Aeromar son resultado de esfuerzos distintos. En cambio, la mayoría de las aerolíneas tienen aviones viejos y ofrecen servicios de baja calidad, crecen poco nuestros mercados y en los círculos oficiales se piensa en la industria al margen de la globalización. Como si no bastara, los peores enemigos de nuestra aviación comercial no son las omnívoras megatransportadoras estadunidenses. Los peores enemigos acaso los tenemos aquí dentro del país, quizá colados en el aparato administrativo de México. Juzgue el lector.

Ernesto Martens, siendo aún presidente de Cintra, le solicitó a Robert Crandall, entonces director de American Airlines (once veces más grande que Aeroméxico) que la aerolínea mexicana fuera aceptada en la alianza que por entonces organizaba. Prepotente, sin cortesías, Crandall lo mandó de paseo y aprovechó para recetarle una advertencia: "Nos vemos en el mercado, señor Martens". Cuando escuché el testimonio, de primera mano, el sentimiento era de humillación, de desprecio por nosotros. Era una amenaza muy clara que en esta hora ya se está cumpliendo.

Muy poco tiempo después, Crandall montó una alianza ficticia con AeroCalifornia para golpear a Aeroméxico en sus rutas a Europa, vía Dallas, desde la ciudad de Puebla. La ruta Puebla-Dallas, que el gobierno autorizó para AeroCalifornia, sólo la operaba American Airlines, a precios de regalo.

Para entonces, el rumor de que Crandall compraría AeroCalifornia gracias a algún prestanombres estaba en boca de toda la comunidad aeronáutica. Las leyes mexicanas no permiten más del 49 por ciento de inversión extranjera en nuestras aerolíneas. En Estados Unidos, el paraíso de la libre empresa, sólo se permite el 25 por ciento. Hasta hoy, el rumor aquel no ha pasado de allí, al menos así parece.

A principios de los años 90, las autoridades de Centroamérica permitieron que American Airlines comprara todas las aerolíneas de la región. Crandall formó TACA, que es la única que opera desde entonces y los conecta con parte del continente; con el mundo, los conecta American Airlines. Tiempo después invirtió en una media docena de aerolíneas de Sudamérica, como lo ha hecho en el resto del mundo con aerolíneas débiles, para utilizarlas en su beneficio. Crandall aprovechó la creación de TACA para...

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