BENCHMARK / ¡Sí se puede!

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

Tres palabras que no sólo son un típico cántico en estadios mexicanos o el eslogan de Obama en el 2008, sino un himno al optimismo.

Tres palabras en las que seguiremos pensando hasta el lunes, cuando México se juegue su pase a octavos ante Croacia.

Los mexicanos somos muy pendulares en nuestro estado de ánimo. Pasamos rapidito de vernos en el infierno a sentirnos en el cielo. Antes del Mundial no nos calentaba ni el sol; el martes, tras la actuación de "San Memo", súper optimistas... pero después de ver a Croacia aplastar a Camerún... ¡ya quién sabe!

Einstein decía que sólo los que intentan lo absurdo pueden lograr lo imposible. Hablemos, pues, del optimismo.

El domingo pasado me tocó escuchar a Bill y Melinda Gates hablar precisamente del optimismo en la ceremonia de graduación de Stanford (vea el discurso en nuestros sitios, está buenísimo).

Ellos aseguran que las dificultades pueden ser la chispa del optimismo y sobre todo de uno basado en acciones y no en deseos.

"Cuando ves a gente con tan poca esperanza, se te rompe el corazón. Pero si quieres lograr lo mejor, tienes que ver lo peor", señala Melinda Gates al hablar de cómo vio morir a una prostituta con sida en India.

El optimismo (dicen ellos, yo agrego: y los recursos bien aplicados) puede ser fuente de innovación para aliviar sufrimiento e inequidad.

"La ciencia no resolverá grandes problemas sociales si al optimismo no lo acompaña la empatía", apuntó el fundador de Microsoft.

Advierte que si a la tecnología sólo la guían las fuerzas del mercado, grandes invenciones dejarían al mundo aún más dividido.

"Si dejas (que lo malo del mundo) te rompa el corazón, esto puede cambiar lo que hagas con tu optimismo", sentencia Melinda Gates.

Ellos lo han hecho: han puesto su dinero donde está su boca.

La fundación Gates tiene fondos por casi 34 mil millones de dólares, de los cuales Bill ha donado 28 mil millones. Busca solucionar grandes problemas de la humanidad, como la pobreza extrema, los malos servicios médicos y una educación deficiente.

"En el curso de sus vidas, sin que ustedes lo planeen, les tocará ver sufrimientos que les destrozarán. Cuando les suceda, no se alejen, sino corran hacia ellos. Éste es el momento en que puede nacer el cambio", les dijo Melinda a los recién graduados.

Aquí me detengo: un optimismo que proviene de un cambio, de una insatisfacción positiva. De no estar contento con algo o quizá de ver a alguien sufrir.

Y para cambiar hay que tomar acciones. Hay que...

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