Bombero de por vida

AutorGuadalupe Fernández

A los 14 años de edad sabía lo que quería ser: bombero. Y lo logró y fue más allá.

Ahora, a sus 73 años todavía tiene presente el día que conoció la Estación Central de Bomberos, en Fray Servando.

Raúl Esquivel, el jefe de los vulcanos de la Ciudad de México, recuerda que su padre lo enviaba a una refaccionaria que estaba cerca de la Central, y él se sentaba debajo de un árbol a ver a los rescatistas, vestidos de negro y con autos convertibles, salir y entrar del edificio.

Y finalmente a los 25 años de edad el sueño se cumplió.

"Un viernes me notificaron en mi domicilio que yo estaba apto para la institución. Me presenté el lunes, fue un 1 de agosto de 1968, e inicié en esos momentos a trabajar.

"Me mandaron al curso de capacitación 6 meses y posteriormente empecé desde lavar los pisos y una vez cumpliendo los 3 años empezamos con la primer jerarquía, que es bombero tercero", relata.

Debido a que Esquivel sabía manejar vehículos pesados, su comandante le asignó un auto tanque de 10 mil litros de capacidad para acudir a su primer incendio, en una vulcanizadora en Calzada Ignacio Zaragoza.

Desde entonces ha sido testigo de las emergencias más relevantes: el terremoto de 1985, la explosión en Sanjuanico...

Pero el siniestro que más se clavó en su memoria fue el incendio en las tiendas Astor y Blanco, en 1978, porque ahí murieron tres compañeros.

"El techo se colapsó sobre varios elementos, nuestros vehículos que estaban trabajando también se destrozaron.

"Siempre es muy triste muy traumante ver a un elemento muerto", dice el llamado Jefe Vulcano, quien la semana pasada recibió del Presidente Enrique Peña el...

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