Cabo Pulmo lo quieren vivo

AutorDiana Saavedra y Adolfo Córdova

Todos quieren a Cabo Pulmo. Pero no de la misma manera.

Unos admiran la riqueza de su fauna marina y presumen el logro de la comunidad pesquera que decidió proteger el arrecife y logró una extraordinaria recuperación.

Otros han visto sus playas de arena blanca y sus arrecifes llenos de colores con signos de pesos.

La autorización parcial que la Semarnat hizo a la empresa Hansa Urbana para la construcción del megacomplejo habitacional y hotelero Cabo Cortés, ha consternado a ciudadanos, organizaciones y pobladores locales.

"¿Habrá valido la pena lo que nosotros hicimos? más de 15 años de conservación, tantas reuniones... ¿o lo que hicimos sólo fue para que la mordida que le dieron a las autoridades fuera más gorda? Nosotros seguimos trabajando día a día, nadie se ha hecho rico aquí", reclama Francisco Castro Lucero, de la comunidad de Cabo Pulmo.

"Los turistas no llegan aquí para ver los cerros, quieren ver lo que hay allá abajo. Si hacen el desarrollo, en cinco años se lo acaban".

Eréndira Valle, parte de la asociación Amigos de Cabo Pulmo, considera que Cabo Cortés se comportará de forma similar a zonas turísticas como Cancún, con cinturones de pobreza a su alrededor.

"Este desarrollo es la copia de muchos lugares en el mundo, inclusive parecido a Cabo San Lucas, cerca de aquí, en un desierto donde no hay agua y cerca de un Área Natural Protegida, donde no llueve. Lo que quiere Hansa es su desaladora y como se la prohibieron debe luchar más fuerte por el agua. Aquí es un desierto, el agua es un tesoro", sentenció Valle.

La Semarnat autorizó la construcción de Cabo Cortés con la condición de que la empresa española presente los resultados de un estudio científico de dos años sobre varios temas, como el movimiento de las corrientes y las variaciones del desplazamiento de la arena por temporadas.

"Se autorizó la construcción de la marina pero sin aperturar la boca ni construir los estribotes hasta que no se tengan estudios, de dos años, de la dinámica costera y efectos posibles en caso de que se abriera", explica Marco Antonio González Vizcarra, delegado de Semarnat en Baja California Sur.

Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de Océanos y costas de Greenpeace, denuncia que la Semarnat otorgue a los desarrolladores el doble de tiempo permitido por la Ley para que puedan cumplir con las condicionantes.

"Las autoridades ambientales del País quitan del camino de la desarrolladora todas las dificultades posibles y les abren brecha para que construyan un complejo turístico con impactos negativos a nivel ambiental y...

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