Otra cara hacia el mar

AutorAna Isabel Fernández

En octubre de 2002, el huracán "Kenna" pegó con fuerza en las costas del Pacífico. Puerto Vallarta, ese pintoresco destino de calles empedradas, se vio fuertemente afectado, y su malecón, prácticamente destruido.

Con la intención de no dejar pasar más tiempo, el Ayuntamiento se apresuró a hacerle las adecuaciones necesarias: se reforzaron los muros y losas y se le colocó piso de concreto estampado.

Así, el camino peatonal que bordea la playa quedó listo para recibir a los turistas.

A casi 10 años de aquel fenómeno natural, hoy el malecón, principal atractivo turístico del puerto, presume nueva imagen y fue el arquitecto Jaime Castiello el encargado de idear la solución del sitio.

Con suaves curvas de piedra que simulan el movimiento de las olas, el malecón se extiende a lo largo de 800 metros.

Varias esculturas y pequeñas plazas -de las cuales descienden rampas que conectan con la playa- hacen de éste un camino de cultura y entretenimiento para quien pasea.

"Sus entradas y salidas responden a la cuestión escultórica", explica Castiello.

"Para la gente, el tema número uno del malecón es el aspecto cultural. Esas piezas que antes estaban ubicadas al azar y de manera medio anárquica, como las esculturas de El Caballito o la Ballena y su cría, hoy, con ayuda de un experto, decidimos cuáles valía la pena conservar y les asignamos una nueva ubicación".

Partiendo de la idea de darle a cada obra su justo valor y lugar en función del espacio, Castiello decidió que éstas funcionaran como remates visuales de cada una de las calles perpendiculares al malecón, de manera que, al bajar por ellas, se coronan de forma exacta sobre el eje con una...

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