Carlos Salinas de Gortari: TLC ayer, hoy y mañana II

AutorCarlos Salinas de Gortari

La oportunidad perdida y el salvamento de la economía

Para evaluar estos primeros resultados, en el caso de México tiene que tomarse en cuenta que la mayor parte de la vigencia del TLC ha transcurrido en el marco de la crisis económica de 1995 y de su secuela devastadora. La coincidencia de la crisis con el inicio del TLC también ha generado críticas y reclamos que han atribuido al TLC problemas que no derivaron de su entrada en vigor y que en realidad el Tratado ha contribuido a resolver.

Mi administración concluyó el 30 de noviembre de 1994. Al final, se dejaron activos y pasivos. Había problemas que sin duda he reconocido y que he señalado en mi libro México, un paso difícil a la modernidad. Pero no existía una crisis. Como en el libro se documenta, se pasó de un problema a una crisis al inicio de la nueva administración, entre el 19 y el 21 de diciembre de 1994. En esas horas, México perdió más de la mitad de todas sus reservas internacionales. Después de esta fuga masiva de capitales vino una terrible devaluación. ¿Fueron capitales especulativos los que vaciaron las reservas? En un documento oficial, el FMI ha reconocido: "La información disponible muestra que las presiones sobre las reservas internacionales de México... no provinieron de salidas de inversionistas extranjeros, sino de mexicanos".5 ¿Por qué salieron capitales de mexicanos antes de la devaluación? Paul Krugman escribió: "...pronto se supo que algunos empresarios mexicanos habían sido consultados anticipadamente (por el gobierno) sobre la devaluación, lo que les permitió obtener información privilegiada y confidencial... la fuga masiva de capitales se volvió inevitable."6 La información confidencial agravó lo que Joseph Stiglitz ha señalado: "Conforme crece la percepción de que una devaluación es inminente, las oportunidades de hacer dinero se vuelven irresistibles."7 Jeffrey Sachs y un grupo de especialistas concluyeron: "El paso final en el abatimiento de las reservas internacionales fue el ataque especulativo inducido en gran parte por el propio gobierno".8 Esto se acompañó con el desmantelamiento del equipo financiero y la inexplicable tardanza en introducir un programa económico. A esto se le conoce ya en México como "el error de diciembre".

Para enfrentar el problema que había creado, al informar un pequeño grupo de empresarios sobre la inminente devaluación, el nuevo gobierno abrazó el neoliberalismo y adoptó una devastadora política contraccionista: para marzo de 1995, el tipo de cambio se había devaluado en casi 120 por ciento y las tasas de interés pasaron de 15 a casi 110 por ciento. El gasto público se desplomó 14 por ciento real en el primer semestre. Como resultado, la economía mexicana enfrentó la peor recesión en medio siglo: ese año el PIB cayó casi 7 por ciento y más de un millón de empleos se perdieron. CEPAL y Banco Mundial han calculado que durante 1995 y 1996 entre 8 y 12 millones de mexicanos fueron convertidos en pobres y se sumaron a los millones que vivían en esa terrible condición. El Banco Mundial ha resaltado "...los efectos devastadores de la crisis de 1994-1995, que en unos pocos meses deshicieron la reducción de diez puntos en los niveles de pobreza tenazmente alcanzados durante la década precedente."9 Este fue el cataclismo económico y social provocado por "el error de diciembre".

En 1995, otra política económica podía haberse adoptado en México para salir de la crisis y así evitar efectos tan adversos para el país. Sobre todo, resulta inaceptable que se haya proporcionado información confidencial a unos cuantos para vaciar las reservas internacionales. De haber reconocido que se había cometido ese error, se hubiera aceptado que una contracción económica no era necesaria pues el gobierno no tenía déficit fiscal; cualquier economista competente podía observar que el deudor no era el gobierno sino las empresas y las familias. Fue otro error mayúsculo permitir o promover las desorbitadas alzas en las tasas de interés pues destruyeron a esas empresas y empobrecieron a esas familias.

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía ha sostenido que un programa así resultó equivocado. "Con los altos niveles de endeudamiento de las familias y las empresas -afirmó Stiglitz-, imponer altas tasas de interés, aun por períodos breves, es como firmar la sentencia de muerte de esas empresas y de la economía."10 Por eso México inició el año de 1995 con la mayoría de las familias en quiebra, las empresas en moratoria de pagos y la banca insolvente.

Se prefirió el encubrimiento y se dañó severamente al país y a su confianza. En ese momento debió haberse dado un debate abierto y amplio sobre las políticas públicas, con lo cual el modelo neoliberal no se hubiera adoptado. Un debate abierto y un equipo competente hubieran permitido propuestas alternativas acertadas. La protección de la burocracia que cometió el error de diciembre se puso por encima del salvamento de las familias y las empresas, y del interés superior de la nación.

Sobre el insulto se agregó el agravio: México perdió la oportunidad única que le abrió el TLC para beneficiarse de la expansión económica más larga que ha vivido la economía norteamericana desde la década de 1850, cuando se inició el cómputo de estadísticas. Si no se hubiera cometido el "error de diciembre", México hubiera crecido entre 1995 y 2000 a tasas anuales superiores a 5 por ciento. El PIB per cápita de México en el 2000 debió haber sido 50 por ciento más alto de lo que alcanzó. Si aplicamos el método de CEPAL para estimar el impacto del crecimiento económico en la reducción de la pobreza, durante esos seis años el número de pobres pudo haber disminuido del 45 por ciento de la población total a alrededor de 20 por ciento: no sólo se hubiera evitado que 8 millones de mexicanos engrosaran las filas de los pobres sino que 20 millones de compatriotas hubieran podido salir de la pobreza. En lugar de eso, de acuerdo a los datos de CEPAL el número de mexicanos en situación de pobreza en 2000 resultó superior al de 1994. Por eso se ha señalado que la recuperación no ha llegado, pues recuperarse no es volver a donde estábamos en 1994, sino al nivel que deberíamos tener sin el "error de diciembre".

En este contexto, frente a los errores cometidos, el resultado más espectacular del TLC es que salvó a México de la crisis de 1995. A pesar de su severidad, esta crisis se resolvió con una rapidez que asombró al mundo. La propaganda oficial atribuyó la recuperación al salvamento financiero; en consecuencia, el gobierno otorgó la máxima condecoración al director del FMI. Sin embargo, concluida la propaganda, ahora se conocen evaluaciones objetivas. El premio Nobel Stiglitz lo ha confirmado: "México no se recuperó porque el FMI lo haya forzado a fortalecer su débil sistema financiero, el cual se ha mantenido débil después de la crisis". Stiglitz fue contundente: "México se recuperó debido al crecimiento de sus exportaciones hacia los Estados Unidos, gracias a la dinámica económica norteamericana y gracias al TLC..."11 Esto fue confirmado por la OCDE, la cual reconoció que la recuperación estuvo basada en las exportaciones y en el crecimiento de las inversiones vinculadas al comercio exterior.12 Ahora se sabe que, de todo el crecimiento económico alcanzado por México durante la última parte de los noventa, la mitad provino del dinamismo de las exportaciones; y la otra mitad, de inversiones...

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