Carmen Aristegui F. / Hay clases sociales

AutorCarmen Aristegui F.

La descomunal desigualdad que existe en México quedó retratada, crudamente, en el más reciente informe del INEGI publicado esta semana.

La inusual clasificación por clases sociales que hizo el organismo nos dice que si bien se incrementó el porcentaje perteneciente a la clase media -de 35 a 39 por ciento-, la base mayoritaria de la población está asentada en la denominada clase baja, con más del 59 por ciento.

Los pudientes, en el pico de la pirámide, alcanzan apenas un 1.7 por ciento de la población, para dar cuerpo a la llamada clase alta.

El informe del INEGI, primero en su tipo, muestra la evolución de los indicadores socioeconómicos de los últimos 10 años y tiene como propósito arrojar luz, sobre la composición de las clases sociales y, en particular, de las clases medias en México.

Con los criterios del estudio, en un hogar tipo de la clase media mexicana, lo más probable es que se cuente con al menos una computadora, que se erogue al trimestre alrededor de 4 mil pesos en comidas y bebidas fuera de casa; que algún miembro de la familia tenga por lo menos una tarjeta de crédito; que alguien de la familia trabaje en el sector formal de la economía y que esa familia tenga por lo menos un miembro que haya cursado estudios de bachillerato.

Basada en la encuesta de ingresos-gastos de 2000-2010, la investigación revela que por cada persona de "clase alta" hay 49 que pertenecen a la "baja". La desigualdad que se revela es una de las más profundas que se registran en el panorama mundial.

Resulta curioso que el mismo día que se presentó este informe, también se desarrollaba un Foro internacional sobre los desafíos de las políticas tributarias en el que se hablaba del caso de México. Los especialistas pusieron el acento, precisamente, en la necesidad de políticas fiscales cuya vocación -más que recaudatoria- sea redistributiva. Las cifras del INEGI no dejan lugar a dudas de que para México es un imperativo disminuir estos abismos sociales.

El actual diseño económico, fiscal y distributivo del país resulta por demás inoperante.

A partir de la década de los noventa, México se convirtió en una fábrica de multimillonarios, quienes nutren las páginas de la revista Forbes y muestran el rostro de un país desigual e inequitativo. Ellos son los que están en...

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