Ricardo Miguel Cavallo: El torturador que contrató la Secofi

Enfoque/ Especial

Este es el expediente Ricardo Miguel Cavallo:

Secuestros y torturas consistentes en desnudar a las víctimas en planchas metálicas para aplicarles descargas eléctricas, así como golpizas y amenazas de muerte tanto a ellos como a sus familiares. Ejecuciones masivas a grupos de 25 y 30 personas, a quienes -drogadas y envueltas en una loneta- se les arrojaba desde un avión al mar, mientras que a otras se les fusilaba. A algunos prisioneros judíos se les pintaban svásticas en la espalda para identificarlos y golpearlos, y a otros se les obligaba a gritar consignas a favor de Hitler.

Son algunos de los métodos empleados entre 1976 y 1979 por el grupo operativo al que pertenecía Ricardo Miguel Cavallo en contra de los opositores de la dictadura argentina. Es el mismo hombre que dos décadas después dirigió en México el Registro Nacional de Vehículos, creación de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial.

El 2 de febrero, la Secretaría de Relaciones Exteriores avaló la decisión del juez federal Jesús Guadalupe Luna de extraditar a Cavallo a España mediante el Acuerdo de Procedimiento de Extradición en contra suya.

La Cancillería basó su decisión en un documento que resume los testimonios de víctimas enviados al juez Baltasar Garzón -quien solicitó la extradición en nombre del gobierno español-, describe la trayectoria de Cavallo en la Escuela Superior de Mecánica Armada de Argentina, sus alias Sérpico y Marcelo, así como el nombre Miguel Angel con que era conocido en su país.

Durante el tiempo que Cavallo -nacido en 1951- fue teniente de fragata de la ESMA y perteneció al Grupo de Tareas 3.3.2., desaparecieron o fueron ejecutadas 227 personas y torturadas otras 110. El fue uno de los oficiales que decidía a quiénes debía detenerse, secuestrarse o eliminarse.

Grupos como el de Cavallo se encargaban de los allanamientos, secuestros, ejecuciones y apropiación de

bienes de las víctimas elegidas. A la edad de 25 años, de acuerdo con el documento, estas actividades las compatibilizaba con las de "estudiante de económicas o ciencias exactas en una universidad", que le servían de cobertura para la ejecución de sus ilícitos.

A las personas detenidas, relatan los testimonios, se les trasladaba a una sala de tortura llamada "huevera".

Ocasionalmente intervenían los miembros de los grupos operativos "como acontece con Cavallo, que con frecuencia alardeaba de ello ante los propios detenidos", refiere el documento.

En 1979, según el texto...

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