Cicatrices bajo el mar

AutorOllin Moctezuma

ENVIADO

TULUM, Q. ROO.- El bullicio turístico de la Riviera Maya desaparece 10 kilómetros al sur de la zona arqueológica de Tulum, donde comienza la Reserva de la Biósfera de Sian Ka'an, un sitio único en el mundo debido a la diversidad de ecosistemas que alberga.

Ahí, uno parece viajar en el tiempo, a un momento en el que no existían complejos hoteleros ni hordas de paseantes en busca de sol y playa.

Conforme nos adentramos al sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, el paisaje ofrece variaciones espectaculares: partiendo desde Muyil, la selva da paso a amplias zonas de pastizales que alternan con lagunas en las que se alzan islotes de flora dispar conocidos como petenes; más allá, bosques de mangle, y frente a la costa, a una distancia que va de los 500 metros a un kilómetro, se encuentra la segunda barrera de coral más grande del planeta, el Arrecife Mesoamericano, con mil kilómetros de extensión.

En torno a este último se desarrollan tres ambiciosos proyectos ambientales en los que participan tanto asociaciones civiles como pobladores: reforestación de corales, pesca racional de langosta y combate al pez león.

VIVEROS SUBMARINOS

Muyil es el principal punto de arribo a la Reserva de los visitantes, y desde allí se requiere viajar siete horas en lancha para llegar a Punta Allen, un enclave de pescadores donde se levantan un par de hoteles rústicos.

Este sitio es también una de las bases de operaciones de los biólogos Gabriela Nava y Miguel García, quienes, mediante la restauración de corales, buscan contrarrestar los daños que ha sufrido el arrecife debido a factores como la contaminación del agua y huracanes, así como el blanqueamiento masivo del coral provocado por el aumento de la temperatura de los mares, consecuencia del cambio climático.

"Rescatamos fragmentos de coral de la playa que luego fijamos a un pequeño cinturón de plástico, el cual nos permite llevarlo a un vivero en el mar. Una vez que ha alcanzado cierta altura, podemos fijarlo mediante un adhesivo especial en la barrera arrecifal", afirma Miguel, de la asociación civil Oceanus.

El proceso, indica Gabriela, es sumamente lento, pues los corales crecen de forma vertical de 0.5 a 1.5 centímetros al año, en promedio.

Según datos de la UNAM, en los últimos años, el arrecife ha perdido el 50 por ciento de su superficie.

APRENDER, DE NUEVO, EL OFICIO

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