AGENDA CIUDADANA / Hay de incertidumbres a incertidumbres

AutorLorenzo Meyer

AUSENCIA

Hace tres años que murió Carlos Monsiváis. Hasta hoy nadie ha podido llenar el espacio público que él ocupó. En la historia contemporánea de México no hay un cronista, analista y crítico de nuestra sociedad y cultura como él: escritor prolijo, bien informado, sensible, agudo, irónico, conocedor a fondo de las debilidades y reciedumbres de nuestros tejidos institucional y social. Y todo enmarcado por una gran virtud: una que no era ni su evidente inteligencia, amplia cultura, sorprendente memoria y gran capacidad de observación, sino el conjunto de valores que formaban el marco ético que le sirvió para elaborar sus juicios. Juicios que algunos calificaron de meras ocurrencias pero que para muchos otros contenían -y contienen- un núcleo duro, producto de la combinación de una sorprendente cantidad de lecturas con una idea clara de lo justo y lo injusto. Tanto la ausencia de Carlos como el tamaño del vacío que dejó se siguen notando.

¿A DÓNDE VAMOS?

Carlos nos ayudó a saber y a valorar de dónde venimos, en tanto colectividad nacional producto de la colonización, y en dónde estamos. Sin embargo, lo que hoy nos urge es saber hacia dónde nos encaminamos, pues quizá vamos a donde no debemos.

En la medida de sus posibilidades, Monsiváis también desempeñó el papel de oteador del horizonte (entonces se acentuaba su pesimismo). Si cuando el cronista vivía contábamos con pocos radares intelectuales que nos alertaran sobre lo que está por venir, hoy hay menos.

Alguien podría argumentar que no son los intelectuales o los hombres de letras como Monsiváis sino los científicos sociales los que realmente cuentan con los instrumentos y el conocimiento para elaborar la carta de navegación de las sociedades. Ellos tienen la tarea de identificar el sitio en donde se encuentran, el rumbo que llevan y cuál es la mejor ruta para arribar al futuro deseado. Sin embargo, igualmente se puede argumentar que ese nunca ha sido el caso y, sobre todo, que en la actualidad no hay teoría o enfoque de ciencia política, economía o sociología, capaz de tamaña empresa. El marxismo o el liberalismo ya no son lo que fueron -grandes explicaciones y justificaciones de la acción política- sino apenas marcos teóricos útiles para examinar situaciones concretas pero no teorías que expliquen quiénes somos y hacia dónde vamos. Su poder predictivo ya mostró ser muy limitado o nulo.

El análisis histórico puede ayudar a vislumbrar posibilidades de futuro, sobre todo a través de...

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