Agenda Ciudadana / La áspera textura de la política mexicana

AutorLorenzo Meyer

La vida política como guerra civil fría

En la presentación de la crónica del sexenio pasado que acaba de publicar Alejandra Lajous -Vicente Fox. El presidente que no supo gobernar (Océano, 2007)-, Jesús Silva-Herzog Márquez caracterizó la actual confrontación de los actores políticos mexicanos como una guerra civil fría. Visualizar de esa manera la relación que mantienen entre sí los tres principales partidos políticos y sus aliados -la desconfianza sin límites, el choque constante y, sobre todo, el deseo de eliminar al otro- permite entender la dureza que ha marcado la política del supuesto arranque de la consolidación democrática de México.

Las razones por las cuales el juego del poder entre la derecha dominante y las izquierdas en el México de hoy puede ser caracterizado como de guerra fría tienen su origen inmediato en las formas y el contenido de la política de Vicente Fox y la reacción de sus oponentes. Impedir el éxito del otro desplazó a la democratización como proyecto nacional.

Desde su primera crónica sobre el foxiato -¿Dónde se perdió el cambio?- publicada en 2003, y cuando en muchos círculos aún reinaba un cierto optimismo sobre la transformación de México, Lajous sostuvo que el nuevo gobierno ya había perdido el rumbo, y que Fox y los suyos no tenían una idea clara de hacia dónde dirigir las energías que habían despertado en julio del 2000. Ese juicio resultó casi exacto.

En efecto, para la segunda mitad del sexenio ya era claro que Fox carecía de una propuesta positiva y coherente de largo plazo para cambiar a México, pero que, sobre la marcha, había construido lo que podría definirse como un "propósito negativo" y una obsesión presidencial y de la derecha en su conjunto: impedir que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) -el "peligro para México"- triunfase en las elecciones del 2006.

Para entonces ya era evidente la influencia de los grandes empresarios sobre Fox en materia de toma de decisiones (véanse al respecto algunos de los retratos que hacen Jorge Castañeda y Rubén Aguilar de la relación entre Fox y el gran capital en La diferencia. Radiografía de un sexenio). Al final, el jefe del Ejecutivo, el PAN, el PRI, Elba Esther y su sindicato y la élite empresarial decidieron impedir "a como diera lugar" una alternancia que dejase a AMLO en control de la Presidencia. Fue de esta manera torcida y reactiva que Fox dio forma a su pobre proyecto político: el veto.

Esa voluntad explica el ambiente de guerra fría que hoy priva en...

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