Ciudadanos: campaña paralela

AutorJésica Zermeño

Ni siquiera había empezado el proceso electoral y ya varios grupos de la sociedad civil se estaban reuniendo para ponerse de acuerdo en cómo incidir con fuerza en las campañas. No quieren ser, otra vez, grupos utilizados por los políticos para tomarse la foto.

Desde mediados de 2011, activistas, académicos y empresarios celebraban reuniones lo mismo en cafés que en restaurantes o en pequeños salones. Sus encuentros duraban varias horas y, a veces, terminaban en acaloradas sesiones. Algunos discutían cuál era la mejor forma de emplazar a los entonces precandidatos a la Presidencia para que se comprometieran con sus agendas. Otros trabajaban en la creación de una red de colaboración que tuviera la fuerza para posicionar demandas durante el proceso electoral, pero que no se rompiera después del 1o. de julio.

La campaña de la sociedad civil, paralela a las campañas de los partidos políticos, ya está en marcha, y no tiene como objetivo recaudar compromisos de los candidatos, sino hacer partícipe a la sociedad organizada del diseño de las políticas públicas del próximo sexenio y no perder el impulso generado por sus más recientes logros -la aprobación de la Ley General de Víctimas y la reforma política, entre otros.

Algunos de los resultados de esos eventos ya se han visto, como la organización de foros, mesas de debate y convocatorias en redes sociales. La culminación de estos esfuerzos será la celebración de una magna cumbre ciudadana en la que organizaciones no gubernamentales, activistas y académicos generen una agenda mínima de acción e informen a los candidatos a la Presidencia lo que quieren, para comprometerlos con sus demandas.

Esta cumbre será el evento en el que más grupos participarán de manera conjunta, y se llevará a cabo los próximos 21 y 22 de mayo. Alrededor de 200 organizaciones se reunirán en el Palacio de Minería para realizar la Primera Cumbre Ciudadana para Construir un México Pacífico y Honesto. Su organización es liderada por María Elena Morera, presidenta de Causa en Común.

Los distintos grupos buscan una misma meta: no comenzar el siguiente sexenio de cero.

La Cumbre Ciudadana

Morera recuerda que el momento en que decidió que varias organizaciones debían unirse para hacer un frente común e impulsar iniciativas ciudadanas fue tras el ataque al casino Royale, el jueves 25 de agosto de 2011, en el que murieron 52 personas. Eso evidenció que el país estaba en una emergencia, por lo que decidió aprovechar sus contactos para tratar de unir a la sociedad civil.

Menos de una semana después de la tragedia en Monterrey, el miércoles 31, ya estaban sentados a petición de Morera, en el Café Havanna de Polanco, 19 personas representando a 15 organizaciones, para discutir qué podían hacer ante la violencia y la desarticulación social. Entre los participantes se encontraban Elías Kuri, de Iluminemos México; Isabel Miranda de Wallace, de Alto al Secuestro; Maite Azuela, de Dejemos de Hacernos Pendejos; Mara Hernández, del Centro de Colaboración Cívica; Orlando Camacho, de México SOS, y Mateo Lejarza, del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales. También se encontraban Ana Laura Magaloni, académica del CIDE, y Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky.

Había representantes también del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Toma de Protesta, Reelige o Castiga, el Observatorio Nacional y Evolución Mexicana.

Desde el principio, recuerda Morera, el objetivo de las reuniones fue claro: generar mecanismos para que todos los participantes pudieran impulsar causas en común que ayudaran al país a mejorar. Los primeros grandes acuerdos de este grupo ya tuvieron victorias en el Congreso de la Unión: la aprobación de la Ley de Víctimas y de la reforma política, y el freno a la ley de seguridad nacional en su planteamiento inicial.

"La primera convocatoria fue, sobre todo, para organizaciones que tuvieran que ver con seguridad. Pero después nos fuimos abriendo. A partir de esa primera reunión comenzamos a tener reuniones cada 15 días, con el objetivo de que nos sumáramos todos. Y la fórmula era que todos nos sintiéramos incluidos, que no hubiera un papá. Eso nos molesta mucho a las...

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