Colaborador Invitado / ¿Nueva cara del terrorismo?

AutorColaborador Invitado

María Elizabeth de los Rios Uriarte

Doctora en filosofía por la Universidad Iberoamericana.

Parece ser que el tema de conversación entre la población mexicana hoy en día es el narcotráfico y sus cruentas consecuencias entre quienes habitamos en este país. Las conversaciones entabladas por la mayoría, sin distinción de clases sociales, generaciones o funciones públicas, lanzan preguntas que van desde el origen de la situación desesperada y angustiosa en que vivimos actualmente hasta el intento de creación de soluciones o, al menos, propuestas de mejoría; sin embargo, lo inquietante resulta ser el pánico generado en los últimos meses entre la población y, ante esto, la pregunta cobra tintes más específicos: ¿podemos hablar de terrorismo en nuestro país?

El término terrorismo surge por primera vez en Francia, en el siglo XVIII, para referirse al terror ejercido por la autoridad, o sea, por el Estado.

Posteriormente, el siglo XXI, con sus grandes avances científicos y tecnológicos, denominado por muchos como el siglo de las grandes movilizaciones, ha propiciado el surgimiento de la figura del terrorista casi como un ente coexistente con la sociedad civil sin que ésta sepa que es en ella misma de donde nace el terror.

La violencia ejercida se torna alternativa por su simplicidad operativa, bajo costo, efecto devastador, facilidad de transnacionalización y visibilidad global (transmisión en tiempos reales). Además, encuentra su más vulnerable flanco en el aspecto psicológico de las víctimas provocándoles un pavor incontrolable, que se transmite en los escenarios de las grandes masas sociales.

Así, el terrorista se sitúa siempre como el "otro", un "otro" que no aparece pero que deja entreverse en los efectos inmediatos de sus acciones; un "otro" del que todos sospechan pero que nadie reconoce como un "alguien". Este aspecto desconocido, oculto, es precisamente de lo que se alimenta el terrorismo: al no ser un blanco identificable puede ser "cualquiera".

El terrorismo surge como confrontación entre las fuerzas de autoridad y los individuos disconformes; obedece a la lógica del juego entre fuerzas del poder y las resistencias obedientes de las que hablaba Nietzsche.

Hay ciertas características que comparten la mayoría de los actos perpetrados por grupos terroristas. Algunas de estas características son: uso del terror como modus operandi, clandestinidad, carácter de desafío o rebeldía.

Otra es la organización en red, específicamente importante en...

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