Constitución entrampada

AutorErnesto Núñez

¡Votemos en contra de este artículo!... para que se haga una mejor Constitución". Exclama, desde la tribuna de la Asamblea Constituyente, el veterano panista Gonzalo Altamirano Dimas.

Y deja claro, así, la estrategia que han seguido su partido y el PRI en los últimos meses: votar en contra para cambiar el proyecto de Constitución enviado por el jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Usar su minoría para que la primera Carta Magna de la Ciudad no sea tan de izquierdas.

Votar para vetar.

"Descafeinar", definen los diputados que formaron parte del grupo redactor.

"Equilibrar y mejorar", defienden panistas y priistas.

"Derechizar", acusan las bancadas del PRD y Morena.

Es miércoles 18 de enero, pasan de las ocho de la noche, y el pleno de la Constituyente debate el artículo 29: Ciudadanía.

Como ha ocurrido con los temas más polémicos -ingreso básico universal, voluntad anticipada, derecho a la vida y el agua como bien público no susceptible de privatización-, los diputados de izquierda (PRD, Morena y MC) han formado un bloque para defender una redacción que amplíe los derechos en la nueva Constitución. En este caso, se trata de consagrar el concepto de "ciudadanía universal" y otorgar el derecho a voto a los jóvenes desde los 16 años. Pero sus 54 diputados no son suficientes para aprobar el artículo con mayoría calificada.

PRI, PAN, PVEM, PES y Panal no están de acuerdo con esa ampliación de derechos. Y sus 46 diputados son suficientes para regresar el artículo a comisiones, y abultar lo que Porfirio Muñoz Ledo ha bautizado como "el itacate legislativo", que no es otra cosa más que una bolsa de reservas donde reposan aquellos asuntos en los que izquierda y derecha no han alcanzado consenso.

Es Muñoz Ledo, coordinador del grupo redactor del proyecto de Constitución y líder del grupo de constituyentes designados por Miguel Ángel Mancera, quien debate con Gonzalo Altamirano:

"Ciudadanía universal es la corona de esta Constitución, es: todos quienes están en territorio mexicano gozan de derechos universales, y todos, a partir del nacimiento, gozan de todos los derechos humanos. Afirmar, como se dice a la ligera, que la Constitución de la Ciudad no puede incrementar derechos sin modificar la Constitución General, es un absurdo... Es falso, históricamente".

Vetustos cuadros del tricolor, como Beatriz Pagés o Enrique Burgos, entran al debate echando por delante la Constitución de 1917, exhibiendo sus temores por crear conceptos no contemplados en aquel texto casi centenario.

"El numeral 5 abre también la puerta a la inconstitucionalidad, al pretender reconocer que voten las personas en reclusión... Creo que este Constituyente debe dar señales a favor de fortalecer la legalidad en el país y en la Ciudad, en lugar de regalarle más espacios a la violencia, a la corrupción y al crimen organizado", advierte Pagés.

Los panistas argumentan que el voto a los 16 debería ser motivo de una reforma a la Constitución General de la República y de un debate en el Congreso de la Unión.

"Es una burla a los jóvenes lo que aquí se está planteando: no es facultad de esta Asamblea modificar la condición de ciudadanía", señala el panista Roberto Gil.

Dos de las diputadas más jóvenes en la Constituyente, Tobyanne Ledesma, del PRD, y Patricia Ortiz Couturier, de Morena, intentan infructuosamente convencer a "las derechas".

"No tengan miedo", les dice Ortiz, "esta generación ha asumido con responsabilidad los cachitos de país que nos han dejado, para así poder construir una patria en la que quepamos todas y todos".

El priista Augusto Gómez Villanueva, que nació 60 años antes que ellas, pide acabar con el debate y votar de una vez.

Después de dos rondas de oradores, Alejandro Encinas pone el artículo a votación. La izquierda reúne 42 votos, la derecha 39, y el artículo 29 regresa a la Comisión de Ciudadanía que, a su vez, lo mandará a la Mesa de Consulta para que los líderes parlamentarios traten de llegar a una nueva redacción que genere consenso.

El tema estará ahí, en "el itacate" o "bodega de reservas", como una bomba de tiempo que, tarde o temprano, volverá a estallar en el pleno.

· · ·

El del voto a los 16 es un debate normal, en una noche anormal en la Asamblea Constituyente. Es evidente el choque entres dos visiones de Ciudad, pero reina un ambiente de camaradería y solidaridad entre los contrarios.

Horas antes de que iniciara la sesión, el priista César Camacho ha sido agredido a jitomatazos a las afueras del Palacio de Minería, sede de las Comisiones que redactan los dictámenes de la Constitución. Y eso ha generado una inusitada ola de posicionamientos unánimes: de apoyo hacia el coordinador de los priistas y condena a la cobardía del grupo comandado por el ex panista Arne aus den Ruthen Haag, colaborador de la delegada en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez.

"Una lección que nos puede dar esta Asamblea Constituyente, la más innovadora y dialogante de la que tengamos memoria cercana, es que tiene que construir su debate y presentación ante la sociedad como dialogante, y no aceptar de ninguna manera que domine una provocación sobre su calidad de diálogo y concertación", dice Alejandra Moreno Toscano, diputada de Nueva Alianza y experimentada ex funcionaria en la capital.

Las muestras de solidaridad se prolongan durante una hora. La agresión de Arne logra lo que parecía difícil: que los constituyentes se abracen, en medio de sus diferencias irreconciliables.

A esas alturas, en la sesión número 31 desde que se instaló la Asamblea (15 de septiembre de 2016), y la 18 desde que...

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