Constructoras: Agonía prolongada

AutorMariel Zuñiga

Las constructoras viven una crisis que no vislumbra la luz al final del puente. Y es que a cinco años del error de diciembre del 94, las empresas apenas están recobrando los niveles de entonces.

Apuestan ahora a la llegada de un socio capitalista o a una buena reestructuración para sobrevivir y luego quizá, recuperar los niveles de grandes empresas que alguna vez tuvieron, ya que muchas construyeron su patrimonio nada menos que en 20 años.

Pedro Strassburger, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, CMIC, afirmó que los niveles de la industria apenas recuperaron los alcanzados en el 94.

"Esto es lamentable, porque todavía están en situaciones difíciles de reestructuración y remate de bienes, etcétera, sin ver una solución inmediata", aseguró.

En el 94 inició esta historia más dramática; antes era la crisis recurrente de cada cambio de sexenio. Esta fue ocasionada por el derrumbe de los precios del petróleo; el cierre de la llave de financiamiento y aumentos en los costos financieros; las exigencias del Gobierno para salvar los proyectos, todos estos elementos motores de la peor debacle de las constructoras mexicanas.

De acuerdo a estadísticas oficiales, para 1999 habían desaparecido 8 mil empresas en cuatro años de crisis. Así, de 18 mil firmas sólo sobrevivían 10 mil, la mayoría, el 92 por ciento micro empresas.

Los remates de maquinaria y equipo estaban a la orden del día; hoy continúan en forma menos pública.

La crisis llegó a tal extremo que hasta las grandes empresas como Tribasa, que preside David Peñaloza, e ICA con Bernardo Quintana al frente, llegaron a trabajar con equipos alquilados.

Tribasa perdió su edificio matriz en el juicio promovido por los bancos acreedores.

Y Bufete Industrial, que dirige José Mendoza Fernández, no se quedó atrás, entró en moratoria, pues no pudo pagar el Eurobono de 100 millones de dólares; la Bolsa Mexicana de Valores la castigó, casi perdió el control, ahora está en reestructuración y no encuentra socio.

Pero Quintana, presidente de ICA, aseveró que pudo sortear la crisis porque en el momento de la devaluación contaba con finanzas sanas y dinero en caja. Así compró algo de su deuda al principio y pudo continuar apoyando proyectos.

El Inicio

Ahora las constructoras no tienen dinero. El error de diciembre descobijó la casi total dependencia de las empresas de los proyectos de infraestructura del Gobierno, concretamente de obras específicas de Pemex, y CFE.

Y pese a haber sido...

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