Contrapunto / Soberanía alimentaria

AutorFelipe Torres Torres y David Barkin

México: las disyuntivas

Más de un tercio de los suministros para garantizar la seguridad alimentaria interna viene del exterior, ello incrementa nuestra vulnerabilidad.

Felipe Torres Torres

Desde principios de la década de los setenta del siglo pasado, nuestro país comenzó a manifestar sus primeras crisis en materia de producción agropecuaria. Si bien esto no constituye la causa más directa, ni la principal, de manera casi paralela sobrevino un deterioro irrefrenable de la pobreza y de los niveles nutricionales que actualmente afectan a más de la mitad de la población mexicana.

En esa misma dimensión se ubica el problema de la seguridad alimentaria que una vez perdida y ante la imposibilidad de recuperarse mediante la visión actual del desarrollo económico interno, genera al menos un par de problemas que conforme se complican afectan más al de por sí ya frágil equilibrio social y político. Por un lado, más de la tercera parte de los suministros que sirven para garantizar la seguridad alimentaria interna provienen del exterior, y una proporción superior al 80 por ciento de éstos se compran a Estados Unidos; ello incrementa nuestra vulnerabilidad, especialmente en la situación actual de confrontación bélica de ese país y la decisión del nuestro de no apoyarlo, lo cual puede generar represalias, donde la venta de alimentos sería una de ellas.

Por el otro, la insistencia de continuar con la importación de alimentos debido a las supuestas ventajas que tiene la baja coyuntural de los precios internacionales, en contraposición al implemento de una estrategia de apoyo a la producción interna en un marco realista de economía abierta, provoca una permanente expulsión de productores del campo por incompetencia en costos y precios de los bienes agrícolas con respecto a las dos potencias agrícolas mundiales con quienes firmamos el TLCAN (Canadá y Estados Unidos), generando una situación conflictiva ascendente entre la masa de desplazados, que a veces rebasa los márgenes de negociación del gobierno actual y pone en riesgo la seguridad nacional misma, al no establecer acuerdos para que la seguridad alimentaria constituya una solución a los conflictos que tienen su origen en la estructura económica.

Revertir esa situación ha implicado diversos análisis y el ensayo de no pocas estrategias. Lo cierto es que los resultados son magros y coyunturales frente a un problema estructural de grandes dimensiones; el fracaso se explica no por incapacidad de diagnóstico...

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