Crece expectativa en votantes galos

AutorMónica Delgado

REFORMA/ Francia

PARÍS.- Un total de 42 millones de franceses podrán participarán hoy en un referendo para rechazar o aceptar el Tratado Constitucional europeo, tema que ha desatado una polémica y debates como ningún otro asunto electoral en Francia.

Hoy, cuando también los franceses celebran el Día de las Madres, la expectativa es grande, ya que según un sondeo publicado ayer, el abstencionismo rondará el 21 por ciento y la cifra de indecisos un 17 por ciento.

De acuerdo con el sondeo del Instituto Sofres, el 51 por ciento de los electores votará en contra de la Constitución, lo que mostraría una tendencia a la baja del voto negativo, pues el viernes se registró la primera caída, (52 por ciento), tras varios días de ubicarse el rechazo hasta en un 56 por ciento.

Por tanto, además de la tasa de abstención, los votos de los indecisos serán decisivos.

Sin embargo, el sondeo de ayer, que podría ser presagio de un resultado final muy cerrado entre el "Sí" y el "No", no alteró la calurosa jornada preelectoral y que los electores aprovecharon para descansar en las terrazas de los cafés y refrescarse en cuanto chorro de agua encontraron.

Pero los resultados de la encuesta fueron conocidos sólo por los galos que consultan los medios de comunicación extranjeros o que navegan en internet, ya que la ley electoral prohíbe la divulgación de sondeos tras el cierre de campaña que se realizó el pasado viernes.

A pesar de la tranquila jornada de reflexión, los franceses llegan a las urnas marcados por semanas de intensos debates y polémicas que los dividieron profundamente.

Al interior de los partidos políticos, de los centros de trabajo, escuelas, familias y hasta entre las parejas, las opiniones eran diversas, pues el tema ocupó grandes espacios.

"Contrariamente a lo que se piensa, el tema europeo interesa a los franceses porque aunque lo quieran o no, forman parte de la Unión Europea desde hace casi 50 años y saben que su futuro está forzosamente relacionado", explicó a REFORMA Carine Marcé de la encuestadora Sofres.

Además de las incontables reuniones de campaña, de la cantidad de volantes y carteles pegados en los muros de todas las ciudades francesas, el interés se tradujo en una intensa búsqueda de información y opiniones.

Las editoriales multiplicaron las publicaciones en favor o en contra, pero sobre todo los libros explicativos rompieron récords de ventas.

Pero los libros más caros y voluminosos también se vendieron como pan caliente...

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