Cuchara del Lector

Proyecto irrealizable

No tengo la estatura, conocimientos y experiencia de Diego Valadés para hablar de manera calificada de la Constitución de 1917. Dice el señor Valadés: "La Constitución de 1917 fue objeto de una cuidadosa construcción"; sin embargo, pienso que de inicio fue y ha sido en la práctica una constitución de corto alcance que nunca ha representado los intereses de la nación y su construcción fue selectivamente cuidadosa, pero no pensando en la construcción de un México incluyente.

Su formulación fue materia de debate entre grupos no necesariamente en concordia y con la ausencia de un proyecto homogéneo de país. Había concordancias, pero no congruencia y línea clara en las expectativas y planteamientos; más importante, la Constitución de 1917 corresponde a una visión parcial del país en su momento, sin la representación de las corrientes de pensamiento y expectativas de los mexicanos y, como es de esperarse, corresponde a la demagogia en turno y no a la visión y expectativas de los mexicanos.

No sorprende que las modificaciones a la Constitución de 1917 sean mayores que el texto original, en el que inclusive se determinan obligaciones de ciudadanos para los tiempos de guerra que vivía el país; evidentemente fue concebida como un documento temporal. La Constitución de 1857 era más avanzada y liberal que la de 1917 y con mayor capacidad para la construcción del país; estimo inclusive que la Constitución de Cádiz contemplaba un perfil más progresista para el desarrollo de México.

La Constitución de 1917 nunca ha sido funcional y menos aun sirve el propósito de unir a los mexicanos en un proyecto común; su articulado y contenido es contrario y entorpecedor respecto a lo que es México hoy y lo que queremos ser como nación. Funciona esencialmente como fuente de conflictos entre una realidad socioeconómica y la nostalgia por un México que nunca pudo ser por basarse en un proyecto irrealizable.

FRANCISCO GUERRA

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Es inaudito cómo nos hemos convertido en una nación sin identidad, donde no hay cabida para intereses comunitarios que den rumbo a nuestras vidas y la de generaciones venideras.

Por el contrario, como bien comentas, Diego, sólo se busca sacar raja para intereses ególatras que hoy en día nos cobran un costo incalculable de inestabilidad.

¿Cuál es el mayor problema que tenemos en mi humilde opinión? Un desinterés exacerbado en una sociedad victimizada y sumamente renuente a admitir nuestra...

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