Una cuenca de contrastes

AutorCarlos Marí

En la cuenca Grijalva-Usumacinta se vive una de las grandes paradojas de la distribución del agua en México.

Esa región hidrológica -que comprende Tabasco y casi todo Chiapas- concentra alrededor del 30 por ciento de la disponibilidad del líquido en el país, pero consume apenas poco más del 1 por ciento del mismo y se encuentra en los últimos lugares a nivel nacional en cuanto a cobertura del servicio de agua potable.

La cuenca dispone de las dos más importantes presas del país por su capacidad de almacenamiento -La Angostura y Malpaso- y genera alrededor del 11 por ciento de la electricidad del país, pero carece de la infraestructura necesaria para el tratamiento de aguas residuales y para la prevención de inundaciones.

En el Programa Hidráulico de Gran Visión 2001-2025, la Comisión Nacional del Agua (CNA) reconoce la paradoja y la atribuye a la topografía de la región, a la dispersión de los centros poblacionales y a otros factores.

"La problemática es compleja y obedece, entre otras cosas, a la gran dispersión de las localidades en la geografía regional, la accesibilidad de las fuentes y la variación estacional de su caudal, sobre todo en la zona montañosa", señala el documento.

"Si bien la precipitación es abundante, la marcada estacionalidad en el periodo de seis meses entre mayo y octubre, lo abrupto de la topografía y sus extensas planicies hacen difícil su regulación y almacenamiento", agrega.

El organismo plantea como metas para la cuenca en el próximo cuarto de siglo la promoción de un uso sustentable del agua, la ampliación y modernización de la infraestructura de distribución y saneamiento y la elevación de los niveles de cobertura de los servicios básicos.

Para lograrlas, plantea actualizar las tarifas, hacer más eficiente el sistema de cobro y concesionar obras y servicios a empresas privadas.

Abasto

La cuenca es alimentada por alrededor de 30 ríos, entre los que destacan los dos que le dan nombre.

El río Grijalva nace en Guatemala y tiene una longitud de 700 kilómetros. El río Usumacinta nace también en Guatemala y alcanza los 800 kilómetros. Ambos se unen en el estado de Tabasco, para desembocar en el Golfo de México.

En conjunto, el Grijalva y el Usumacinta registran un escurrimiento anual de 105 mil millones de metros cúbicos de agua, que equivalen a alrededor del 30 por ciento del de todos los ríos del país.

Por otra parte, la región registra una precipitación media anual de 2 mil 70 milímetros -en algunos sitios de Chiapas es de hasta de 4 mil milímetros-, casi el triple...

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