Cuentas estatales: caos y opacidad

AutorJuan E. Pardinas y Ruy Manrique

Cada entidad de la República mexicana diseña su respectivo presupuesto con métodos contables de chile, dulce y manteca. Hay estados que incluyen en su presupuesto hasta el gasto más trivial y otros que no explican el destino de cientos de millones de pesos. Algunas entidades tienen decretos presupuestales con varios tomos de tablas de datos, mientras que el presupuesto de Baja California Sur apenas se compone de un párrafo con siete renglones. El vocabulario para clasificar el gasto público cambia de un estado a otro. Las mismas partidas presupuestales tienen nombres distintos en cada entidad. Hay estados que incluyen en su presupuesto datos de su planta laboral o de los tabuladores salariales, mientras que otros omiten toda referencia a dicha información. Veintisiete entidades no informan de los montos asignados a los partidos políticos locales. Esta anarquía presupuestal, donde los 31 estados y el Distrito Federal clasifican el gasto con criterios diferentes, hace más opaco el ejercicio del dinero público.

En su presupuesto para el año 2007, el estado de Baja California incluyó el detalle de los fondos destinados para comprar los hielos y el agua pota- ble que se consumen en las oficinas del gobierno estatal. En contraste, el presupuesto de Baja California Sur no desglosa rubros elementales, como los montos asignados para el Instituto Electoral o la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Como consecuencia del régimen federal y de su autonomía constitucional, cada entidad establece su propia clasificación para asignar el gasto del erario.

El problema no se limita a un asunto de contabilidad, sino también al uso del idioma. El lenguaje presupuestal de las entidades es como una torre de Babel, donde nadie se pone de acuerdo para explicar quién y cómo se gasta el dinero público. En el presupuesto de Chiapas para 2008, la partida del Seguro Popular se etiqueta con el nombre de Sistema de Protección Social en Salud. Sin embargo, las asignaciones para el Seguro Popular en Sonora están ubicadas en la categoría de Recursos Federales Convenidos. En Nayarit, los fondos del programa de subsidios Alianza para el campo están clasificados con el título de Programas y Convenios, pero en Nuevo León están definidos bajo la etiqueta de Transferencias para Inversión.

Para hacer un análisis comparado de las finanzas públicas estatales es necesario contar con un diccionario para entender los significados múltiples de la jerga presupuestal. El desafío es que ese diccionario de semántica contable no existe.

La...

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