'Dan casi al arbitrio acceso a universidad'

AutorSilvia Garduño

Atzelbi Libertad Hernández no se inscribió a ninguna materia este semestre en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, pues las clases se empalmarían con las negociaciones entre el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (MAES) y la SEP.

Alumna del noveno semestre de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos, esta joven de 26 años de edad es vocera del Movimiento, y aunque ella nunca fue una "rechazada", ha seguido de cerca los problemas educativos.

Su papá, académico y activista, fue abogado de los presos del Consejo General de Huelga (CGH) en 1999, y de los detenidos de San Salvador Atenco en 2006.

Hace un par de semanas, el movimiento llegó a un acuerdo con la SEP no sólo para dar becas en universidades privadas para jóvenes excluidos de la educación superior, sino para reconocer que los rechazados no son reprobados, sino que se administran los pocos lugares que hay en las escuelas públicas.

Atzelbi repasa los datos de aspirantes excluidos.

Señala el caso de medicina: 4 mil 46 aspirantes pero sólo 81 lugares, FES Zaragoza, mil 38 aspirantes y únicamente 11 lugares disponibles.

"Eso hace que el corte de calificación se eleve muchísimo. Ellos (la SEP) dicen que el problema es que hay mucha concentración de la demanda en algunas carreras. Tenemos el caso de filosofía, no concursaron mil aspirantes, sino 290 y sólo hubo 10 espacios.

"Este examen no sirve para calificar, es un mecanismo para asignar los poquitos lugares que hay. ¿Qué hacemos?, ¿administramos la escasez y escogemos casi de manera arbitraria quiénes son los que van a entrar a la universidad? Porque el que tuvo 110 de 120 aciertos se quedó fuera (en medicina).

"O administramos la escasez o resolvemos el problema".

Atzelbi ha trabajado por cambiar la imagen de los jóvenes rechazados de la educación superior, rechaza que se trate de gente que no merece ir a la universidad.

"No es un problema de desidia, de indolencia del estudiante, hay un problema grave de que no hay espacios".

Le molesta que el Secretario de Educación sostenga que no todos pueden ser profesionistas, y que hay quienes, la mayoría, tendrán que conformarse con ser técnicos.

La estudiante explica: Pepe y María tienen una meta en común, ser investigadores de la UNAM.

Mientras que los papás de Pepe son profesionistas y él tiene libros, acceso a internet en su casa y habla inglés, los papás de María no cuentan con estudios superiores, ella no tiene acceso a libros ni internet y no habla...

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