Delatan mentiras a Bryce

AutorSilvia Isabel Gámez

En la época en que todavía eran amigos íntimos, Herbert Morote recuerda que tomaba las "mentirijillas" de Alfredo Bryce Echenique como exageraciones que no hacían mal a nadie. Aquello eran conversaciones privadas, pero desde 2009, cuando fue multado por el plagio de 16 artículos, las mentiras del escritor peruano se hicieron públicas.

"Hay personas que creen tener tanto prestigio que pueden mentir con total descaro", dice Morote.

El catálogo de mentiras de Bryce es variado. Atribuyó primero a una secretaria inexistente y después a un complot fujimontesinista la responsabilidad de sus plagios. Y sobre la sentencia que le impuso el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) de Perú, desde hace tiempo insiste en que ha logrado revertir el proceso e incluso ha sido "desmultado". Pero nada más lejano.

El pasado 3 de octubre, el escritor sufrió un nuevo revés legal al perder el recurso de amparo que interpuso contra el Indecopi, tras confirmar la Séptima Sala Civil de Lima un primer fallo del Séptimo Juzgado Constitucional, que declaró infundada su demanda.

"En cuanto a la multa impuesta a Bryce y pagada por este, no se ha dispuesto la devolución de monto alguno", informó a REFORMA la Unidad de Prensa del Indecopi.

Morote, un escritor peruano radicado en Madrid, fue el primero que acusó a Bryce de plagio en 2006, después de que le enviara el original de Pero... ¿tiene el Perú salvación? para conocer su opinión, y luego descubriera que había firmado como suyo parte del texto. La causa principal para que desestimaran su denuncia, afirma, fue que Bryce no entregó el manuscrito porque "lo había perdido".

Julio Ortega, uno de los jurados que le otorgó el Premio FIL de Literatura a Bryce, participó en su defensa. El crítico literario explica que dio una "opinión técnica" en la que evidenció la diferencia de estilos entre ambos autores. "La verdad es que muchas veces me ha tocado romper una lanza por un artista agredido".

Morote tiene otra opinión: "Creo que el Indecopi no se atrevió a más dado que hasta ese momento nadie podía pensar, ni yo, que Bryce era un plagiario compulsivo".

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En abril de 2007, Morote presentó al Indecopi seis artículos de Bryce publicados en El Comercio de Perú que eran un plagio de diversos autores. Once meses después entregó otros 20 artículos plagiados por el escritor, descubiertos por la investigadora chilena María Soledad de la Cerda. Ambas pruebas se tradujeron en denuncias de oficio.

"Lo que más me intriga y no logro comprender", dice De la Cerda, "es cómo los críticos literarios y los expertos en su obra no vieron que se trataba de distintas plumas".

Durante el juicio fueron varios los argumentos que esgrimió el abogado Enrique Gershi en defensa de Bryce: que los artículos fueron publicados sin su autorización, por lo que no podía ser considerado el autor; que ninguno de los "supuestos" plagiados lo había denunciado; que se habían limitado a comparar los artículos sin contactar a los "presuntos autores"; que faltó determinar si le habían cedido el derecho de publicación...

Las apelaciones interpuestas por Bryce se han centrado únicamente en temas formales, señala el Indecopi. "No hay un análisis del fondo, es decir, de los textos en sí". Gershi no respondió a las reiteradas peticiones de entrevista de este medio.

Desde Barcelona, el psicólogo Víctor Cabré Segarra, autor...

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