Diego Valadés / Partidos: parásitos o actores

AutorDiego Valadés

Todos los registros demoscópicos sitúan a los partidos políticos entre las instituciones peor valoradas del país. Es una percepción explicable.

La imagen de la política nunca ha sido peor. Los vicios del poder jamás habían estado tan al desnudo como en nuestro tiempo. La corrupción y la ineptitud ya no son ocultables entre los pliegues del poder. El misterio desaparece merced a la multiplicación de instrumentos de información e interacción que confieren facultades crecientes a los medios y a los individuos e imprimen un nuevo derrotero a la democracia.

Es un error atribuir la poca estima de las instituciones y de sus titulares a deficiencias en la comunicación y pretender solucionarlo mediante acciones propagandísticas abusivas y costosas. Hace apenas unos lustros estas estrategias daban resultados, pero hoy son insuficientes. Por mucho que las autoridades intensifiquen la difusión de sus hipotéticas hazañas, no cambian la realidad; entre los pocos que creen en los espejismos publicitarios figuran quienes los patrocinan.

En cuanto a los partidos, abundan los factores que inciden en su desprestigio y escasean las acciones para enmendar su deterioro. Los partidos son vistos como rémoras que intercambian favores y acaparan posiciones, más interesados en beneficiarse del gobierno que en atender a los gobernados, y que por añadidura resultan muy onerosos.

Para un ciudadano promedio es cada vez más difícil conocer la definición ideológica o al menos programática del partido en el que milita o por el que vota. Salvo excepciones, el discurso de los dirigentes de partido está ayuno de doctrina y se centra en cuestiones de coyuntura, y con frecuencia en banalidades. Los partidos se desprestigian de manera recíproca, y lo hacen con eficacia. Semejante confusión genera una derrota colectiva porque cada partido convence a la ciudadanía de la inutilidad de los demás.

Empero, superando inercias y resistencias, ya se perfilan algunas medidas de cambio. Las más adecuadas para mejorar el funcionamiento y la percepción de los partidos son el gobierno de coalición y la reelección de los legisladores, previstas para 2018. Estas opciones también tienen aspectos adversos porque en materia de instituciones no existe la perfección. Los gobiernos de coalición implican que el programa de gobierno sea el producto de una negociación postelectoral, y la reelección propicia la consolidación de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR