Édgar Valencia / La poesía en cifras

AutorÉdgar Valencia

Hablar sobre el presente de la poesía joven de México exige no sólo tomar una posición, sino remitirse a una parcela dentro de una parcela. Si suponemos que los lectores son pocos, los lectores de poesía son los menos, y no es difícil suponer que los libros de poesía se venden entre quienes los publican.

Si seguimos las estadísticas de los censos de poetas con por lo menos un libro publicado que aparecen en El manantial latente, o la lista de los poetas jóvenes de entre los 200 que enlistó Letras Libres en su número de diciembre de 2004 para democráticamente elegir al dream team de poetas mexicanos vivos, la población de creadores en el País es nutrida e inagotable.

Si sumamos a éstos el número de poetas que se encuentran actualmente en talleres literarios, supongamos como mínimo a cinco integrantes, y que cada Estado de la República tenga al menos un taller en la capital y otro en alguna otra localidad, daría un resultado de 310 poetas en espera de publicación. No sumamos los talleres en el DF, la Sogem, los de centros culturales universitarios ni los independientes, y podemos señalar que estas cifras son bastante conservadoras. Tampoco sumamos a los becarios de poesía que cada Estado concursa en sus becas regionales de poesía, ni a los que año con año se incorporan al Fonca, al Centro Mexicano de Escritores o, recientemente, a la Fundación para las Letras Mexicanas. El grupo selecto de jóvenes becados año con año en convocatorias nacionales sobrepasa la veintena; y suponemos que la demanda siempre se multiplica, mínimo, por 10.

Si a esto sumamos el medio centenar de concursos de poesía que existen en el País, podríamos decir que en cifras macroeconómicas, frías y neoliberales, el estado de la poesía en México, de la poesía joven, sería más que saludable por la cantidad de apoyos. El cálculo, a vuelo de pájaro, se realizó mañosamente, pero puede realizarse en moneda nacional o en dólares, si el caso lo amerita. Así que el grupo de jóvenes becarios nacionales, ganan al año, juntos, algo así como 1 millón 680 mil pesos, si multiplicamos el promedio de las becas, 7 mil pesos por los 20 hipotéticos becarios, y esto por los 12 meses que dura la beca. Y si cada instituto de cultura de los Estados beca a dos jóvenes poetas, con 2 mil pesos mensuales, sumaríamos otro millón y medio a esta cifra. Rilke decía a Franz Xaver Kappus, en sus Cartas a un joven poeta, que una obra de arte es buena cuando nace de la necesidad. Utilizando...

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