Eduardo Caccia / ¿Existe la fórmula Rubí?

AutorEduardo Caccia

En un video que circula por ahí, una señora de condición humilde apela a la potencial comunidad de espectadores para que la apoyen para un trasplante de riñón que necesita su hijo. La petición no es inusual en un país donde hay tanta desigualdad social, salvo por un detalle, doña Marciana Galván Flores, como dice llamarse, menciona repetidamente que "así como andan apoyando a Rubí con tanto alboroto, yo quisiera que me apoyaran, somos del mismo ejido". Detrás de ese "alboroto" hay una intrincada estructura de redes sociales cuyo efecto "viral" es ampliamente anhelado por directores de marketing, publicistas, políticos, artistas y demás personajes que idealizan una difusión masiva a bajo costo.

Me interesa el caso de los "XV años de Rubí" no como parte de la exacerbada difusión donde el morbo y la burla han sido el motor, sino como un caso de estudio que ejemplifica una condición que siempre ha estado presente en las sociedades humanas: tenemos un valor latente a partir de la posición que ocupamos en determinada red, pero hoy, a diferencia del pasado, ese valor es más visible, más tangible en buena medida gracias a la tecnología. De alguna forma hemos pasado, de los seis grados de separación (teoría que dice que tú y cualquier otra persona del planeta están conectados por un máximo de 6 enlaces), a un botón que articula nuestra red de relaciones de forma inédita.

Conocedores de lo que hoy se conoce como "ciencias de redes", como Duncan Watts y Alejandro Servín, coinciden en que los fenómenos sociales donde algo se vuelve propagable (que no "viral" o "epidémico", pues estos términos no necesariamente expresan la voluntad de un receptor en difundir un mensaje) no tienen una receta, es decir, no se sabe cuál es la forma intencional de hacer que un mensaje se propague por las redes, si bien todo lo propagable tiene una lógica en la que informa, educa o entretiene.

El sueño guajiro de los gestores de marca cuando compran una "estrategia viral" gracias a una secuencia de botones donde se transmite contenido pegajoso está lejos de ser posible. Es necesario saber cómo se articulan las redes, cuál es su estructura, quiénes son los nodos o actores y cómo son los vínculos o relaciones entre personas, y esperar un factor "x" circunstancial que detona un mensaje. Así como en algún momento de la historia el telescopio...

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