La otra Educación Sexual

AutorMarco Antonio Martínez

Se venden en bolsitas y cuestan de 4 a 6 pesos cada ejemplar. Están dirigidas a mayores de 18 años. Sus portadas muestran dibujos de mujeres de cuerpos voluptuosos, con poca ropa. Sus páginas reproducen cuerpos desnudos de hombres y mujeres, así como diversos actos sexuales sin que aparezcan genitales. Los argumentos con frecuencia recurren a la violencia, el machismo y la misoginia. Los diálogos juegan con el lenguaje popular y el albur.

Estas historietas constituyen -a juicio de especialistas- un vehículo masivo de aprendizaje sexual para cientos de miles de mexicanos que las consumen semanalmente.

En los puestos de revistas se exhiben casi tres decenas de títulos diferentes, cuyo tiraje total y circulación efectiva son imprecisos. La página de Internet de Editorial Ejea, que publica 15 historietas distintas, reporta ventas por un millón y medio de ejemplares semanalmente, aunque en entrevista su director, Guillermo Domínguez, dice que a lo mucho venden 40 mil ejemplares de cada título.

Los hermanos Jaime y Germán Flores, dueños y editores de Editorial Mango-Toukán, prefieren dejar sin respuesta la pregunta de cuánto venden. Sólo admiten que tienen que "matar" títulos y crear nuevos, además de ofrecer dos revistas por el precio de una con el objetivo de no reducir sus ventas.

Se dirigen a un público de nivel socioeconómico medio y bajo, urbano, semiurbano y rural, de acuerdo con la página de Internet de Ejea. "Popular, de 18 a 25 años", según los editores de Mango-Toukán. Están además las editoriales Multicolor y Bonanza, cuyas historietas hasta hace unas semanas se imprimían en sepia y hoy tienen color.

Envueltas en plástico transparente por disposición del Reglamento de Publicaciones y Revistas Ilustradas, circulan también mediante la reventa o el intercambio a la mitad de precio.

Los artículos 6 y 7 del citado reglamento, que data de 1981, prohíben en publicaciones ilustradas la difusión de contenidos que fomenten vicios, enseñen hechos contrarios a las leyes, la moral o las buenas costumbres y, en aquellas de contenido "marcadamente referente al sexo", la exhibición de desnudos o expresiones contrarias a la moral y a la educación.

Sin embargo, Roberto González Labastida, secretario técnico de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, dependiente de la Secretaría de Gobernación, afirma que la aplicación de estas normas se enfrenta al problema de la ambigüedad, al no especificar qué son la moral y las buenas costumbres. En su opinión, este reglamento ya está rebasado.

Cambio de gustos y líneas editoriales

Guillermo Domínguez, director editorial de Ejea, rememora la transformación de la historieta desde la mitad de los años setenta. De las publicaciones seriadas tipo Kalimán o Lágrimas y risas se pasó a los números unitarios, como fue el caso de las revistas de vaqueros. El público comenzó a cambiar de gustos y las editoriales siguieron esa tendencia.

A esta ruptura del mercado siguió el cambio de tonos. En esa década Ejea comenzó la publicación de los Sensacionales (de Mercados, de Barrios, de Traileros y de Luchas), historietas muy exitosas en su momento que paulatinamente comenzaron a desaparecer al bajar sus ventas.

En 1994 la crisis tocó a las puertas de la editorial, que sufre una escisión. Los hermanos Jaime y Germán Flores, hijos de uno de los dueños de Ejea, Jaime Flores, abandonan la empresa y fundan Mango-Toukán, que inicia la edición de Bellas y cariñosas, donde empiezan a acentuarse los contenidos sexuales implícitos.

Pablo Flores, quien quedó como gerente editorial de Ejea, dejó esta empresa en 1997 y fundó Trompo, especializada en manuales tipo Hágalo usted mismo e historietas como Aroma de mujer. Su dimisión, afirma, fue en desacuerdo por el cambio de línea que emprendió Ejea hacia la historieta erótica.

En entrevista, Pablo Flores cuestiona fuertemente los contenidos de las actuales historietas y califica de antinaturales las relaciones que ahí se presentan. "¿Quién va a controlar que lleguen a menores? Uno como editor tiene responsabilidad social".

Dice estar de acuerdo en que se trata de un negocio. "Las drogas y la prostitución también son negocios", añade.

En contraparte, Domínguez afirma que Pablo Flores abandonó Ejea porque no pudo o no quiso con el paquete. En todo caso, es cuando Ejea se "erotiza". Domínguez recuerda que en ese entonces había crisis en la editorial. Al comenzar a subir de tono el tema sexual, comenzaron a vender más ejemplares.

En 1998, la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación pidió a los editores embolsar sus publicaciones e incluir en la portada la leyenda "Para mayores de 18 años".

El tono sexual ya tocó fondo y no lo van a subir más, asegura Domínguez. En Ejea, explica, han incursionado en otro tipo de publicaciones como las historietas dirigidas al público femenino, manualidades y sobre "cultura digital".

Recuerda intentos de historietas distintas como La Vida de Jesucristo, Ambiciones, Ilusiones y Espejo de la vida, sin respuesta de los lectores. "El público dice 'no me eduques'", justifica.

Jaime y Germán Flores, de Mango-Toukán, reconocen la imposibilidad de competir con Ejea. Este año han lanzado cinco historietas más, así como un magazine de espectáculos, los cuales prevén "matar" por las escasas ventas. Ejemplifican con el caso de Bronson el sucio: en su lanzamiento vendió 11 mil ejemplares; en su número 12 sólo alcanzó los 2 mil 500.

Refutan las críticas de que presentan a la mujer como objeto. "Es tan objeto como en los anuncios del Palacio de Hierro, pero éste es refinado y el de historietas, popular", argumenta Jaime.

Descarta entre sus objetivos educar sexualmente y considera que la moral es un asunto de criterios.

"El primer objetivo es entretener. El chiste es romper con lo normal".

El término "porno" con que a veces se designa a sus publicaciones les disgusta: "Lo porno no tiene historia, es puro pum-pum".

Un reglamento rebasado

El Reglamento de Revistas y Publicaciones Ilustradas aprobado en el régimen de José López Portillo prohíbe la difusión de contenidos sexuales que atenten contra las buenas costumbres, la moral y la educación, sin especificar en qué consiste cada uno.

La Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas recién terminó sus trabajos en la declaración de licitud e ilicitud de más de 150 títulos de revistas extranjeras con contenido erótico, explica su secretario técnico, Roberto González Labastida.

Se trabajó en un criterio que estableciera objetivamente lo que atenta contra la moral y las buenas costumbres, dice el funcionario. Por ejemplo, cuando se presenta la sexualidad de manera torpe e irreal, como el sexo anal, oral o "relaciones de más de dos".

De los 158 casos de revistas extranjeras, 38 resultaron ilícitos, 30 fueron aprobados y los restantes desistidos. En la revisión de cada uno se han llevado en promedio una semana.

Todavía faltan las publicaciones nacionales; esto es, cerca de 25 historietas con temática sexual, según el secretario técnico de la Comisión.

González Labastida ejerce ese cargo desde 1998. Varias de las publicaciones con licitud en trámite existen desde antes. La Comisión, explica, no tiene atribuciones para determinar qué circula y qué no; lo que tiene son facultades para declararla lícita.

"La Comisión no es inquisidora", establece.

En entrevista, asegura que le han solicitado a los editores no poner desnudos en sus portadas. "Si te das cuenta", ejemplifica...

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