Encara crisis guardia papal

AutorÁngel Villarino

Corresponsal

CIUDAD DEL VATICANO.- El cuerpo de seguridad del Papa, la Guardia Suiza, celebra 500 años de vida con el difícil panorama de no encontrar voluntarios suficientes para engrosar sus filas.

El Estado Vaticano tiene problemas en los últimos tiempos para reclutar a jóvenes suizos, de tal suerte que el año pasado se puso en marcha una campaña de publicidad para nutrir los cuarteles.

"Si eres sano y deportivo, si estás preparado para entregarte en cuerpo y alma a la seguridad del Papa, si quieres dedicar dos años de tu vida a su servicio, si deseas tener responsabilidad, estás interesado en aprender lenguas extranjeras y ver de cerca a los hombres grandes de este mundo, si para ti la disciplina no es un problema, si eres resistente, honesto y fiable, ven a la Guardia Suiza", reza el anuncio.

Además de una atracción para los miles de turistas que visitan cada día la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos, la Guardia Suiza es un cuerpo de élite, entrenado y armado para proteger al Pontífice.

Sin embargo, en los últimos tiempos la amenaza del terrorismo ha dejado en manos de la Gendarmería y la Policía italiana dicha competencia.

A pesar del aspecto obsoleto que presentan con sus coloridos trajes renacentistas, sus yelmos tocados con plumas y sus pesadas alabardas, los jóvenes suizos esconden pistolas debajo de sus faldones.

Los oficiales cuentan con armas de repetición y granadas.

Los 110 soldados que forman el regimiento viven en un pequeño cuartel situado dentro del Estado Vaticano y sufren una de las dietas militares más estrictas de Europa.

Las únicas actividades de recreo permitidas durante los dos años de servicio al Estado Pontificio son los juegos de cartas, los partidos de fútbol y participar en la banda militar de música del cuerpo.

Aunque pueden disfrutar de breves permisos, durante los que no se les autoriza a abandonar Roma, tienen que mantener su promesa de celibato y una conducta ejemplar.

Los sueldos de los guardias suizos apenas superan los mil 500 dólares, una cifra inferior al sueldo mínimo establecido en su país natal.

Con todo ello, han de renovar cada 6 de mayo un juramento ante el Pontífice, con el que se comprometen a proteger su vida, dando la suya a cambio si fuese necesario.

Los habitantes del Borgo Pío, antiguo barrio cercano al Vaticano, están acostumbrados a convivir con las historias de la Guardia Suiza.

"Son muchachos educados y respetuosos, quizás demasiado para las costumbres romanas. Nunca hemos...

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