Encuentran en el DF nuevas oportunidades

AutorMariel Ibarra

Rodrigo, Benjamin y Marissa no se conocen, pero comparten una historia de dolor y supervivencia que culminó en la Ciudad de México, en donde ahora tratan de reconstruir sus vidas. Los tres son refugiados y cada uno cuenta su historia.

Marissa: Colombia

Rechaza extorsión guerrillera

Mariel Ibarra

Para llegar a México, Marissa caminó por la selva junto a otros nueve peruanos y colombianos durante casi dos semanas.

Un par de "polleros" los guiaban por entre la maleza. Les decían dónde descansar, dónde comer y dónde dormir. Por esos "servicios", pagó cuotas de 100 y 150 pesos. Gastos extra a los mil 500 dólares que ya había pagado por el viaje.

Marissa, quien habitaba la zona conurbada de Medellín, había estado en Costa Rica, El Salvador y Guatemala en busca de un lugar en dónde reconstruir su vida.

Seis meses atrás había tomado una decisión que la obligó a abandonar su país: se negó a que los campesinos la "vacunaran", es decir, a comprar protección.

Marissa poseía una pequeña granja donde engordaba cerdos y gallinas, y una tienda de abarrotes.

Su éxito como comerciante pronto se supo entre los campesinos y una noche uno de ellos llegó a exigirle una cooperación semanal. Se negó.

Una semana después, su perra labrador amaneció muerta. La habían degollado en el patio de su casa.

Días más tarde llegó la segunda amenaza. Un vecino la despertó con fuertes golpes a la puerta. Lo miró y su expresión le obligó a salir y ver la fachada de su casa, donde leyó: "Muerte a los no colaboradores".

"Tuve que deshacerme de mis negocios, de mi casa e irme con mis papás; pensé que ya me había librado de ellos, pero me encontraron", dice.

La última amenaza llegó por teléfono y de noche:

"¡Ya sabemos que está en la casa, con su papá y su hijo, así que o sale o entramos por usted", escuchó.

"Salí sin decir nada para proteger a mi familia. Me subieron a un chivero (camioneta) y nos fuimos para el monte hasta que llegamos a un campamento. Me retuvieron cuatro días, fui golpeada y abusada; me aventaron a un camino y como pude llegué a mi casa", relata.

En 2001, su familia la sacó de Colombia y voló a Costa Rica. Después se fue a Villahermosa, Tabasco.

Benjamin: Costa de Marfil

Vive guerra étnica

Mariel Ibarra

Benjamin salió huyendo de Costa de Marfil.

Una acusación pública, hecha por su medio hermano, bastó para poner en riesgo su vida.

Atravesó Malí y llegó a Senegal, pero como quería irse lo más lejos que se pudiera, tomó un vuelo a Brasil.

A México no lo tenía en...

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