Encuentros con México/ Remembranzas de un jardín

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortíz de Zarate

"Las imágenes sagradas del paisaje forman parte de su esencia, de su fuego interior, de su devenir"

Oaxtepec

A 13 kilómetros de Tepoztlán; 15 minutos; a 28 kilómetros de Cuernavaca por la autopista; 27 minutos

En la vertiente sur de la sierra de Totolapan, estribación de la sierra del Ajusco, y cerca de los manantiales donde nace el río Yautepec, Moctezuma Ilhuicamina (el Flechador del Cielo) y su consejero y hermano Tlacaélel (forjador del Imperio Azteca) decidieron crear un Jardín Botánico. En Huaxtepec (cerro de guajes; castellanizado Oaxtepec) sembraron plantas regionales y exóticas traídas de distintas y remotas regiones y propiciaron el cultivo de plantas medicinales. Los jardines se diseñaron cuidadosamente distribuyendo caídas y corrientes de agua entre los diversos aposentos; así, desde 1465, Oaxtepec ha sido un centro de recreo.

En 1964 se construyó, dentro del Centro Vacacional Oaxtepec dependiente del Instituto Mexicano del Seguro Social, una enorme cúpula geodésica para proteger el área donde brotan los manantiales. El color del agua ondula azules que van del turquesa al cobalto matizados de verdes por los reflejos de la exuberante vegetación que los cobija.

Cruzando de un lado a otro por una serie de pequeños puentes, la mirada se extasía al contemplar cómo brotan burbujas por todas partes para estallar en la superficie y formar grupos de círculos concéntricos.

Pronto comprendemos que el manantial brota del subsuelo por cientos de pequeñas e invisibles aperturas entre las rocas. Aquí, en este espacio generoso deambula junto a nosotros la serenidad. Aquí, Moctezuma Ilhuicamina, Tlacaélel y sus séquitos deleitaban sus cuerpos en el permanente fluir de aguas cristalinas.

En torno al área se han colocado los monolitos prehispánicos encontrados en la zona, se distinguen grabados con figuras de danzantes y guerreros.

Felizmente, los vestigios arqueológicos, incluida la escultura de una serpiente pétrea enroscada, han sido protegidos con bardas de herrería.

Cruzando el amplio prado donde se encuentra la estación del funicular que conduce, se llega al área de las albercas rústicas, inauguradas en 1993.

Chicos y grandes se recrean bajo el chorro de una minúscula cascada o se dejan llevar por la corriente guarecida por árboles y plantas aromáticas.

Metros más arriba de la entrada al Centro Vacacional, los dominicos erigieron su primer conjunto monástico en pueblo de indios a partir de 1528, bajo la dirección de fray Francisco de...

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