Entrevista / Andrew Chesnut / La Santa que no discrimina

AutorJesús Pacheco

Hace ocho años, el historiador nortea-mericano Andrew Chesnut caminaba por los rumbos de Mixcoac en una de sus visitas al DF cuando encontró, en un puesto de revistas, una imagen esquelética femenina en una portada: era la Santa Muerte y aquél era el primer número de una publicación dedicada a su culto.

La figura hipnotizó sus ojos de experto en religiones de Latinoamérica. Pero sería hasta la primavera de 2009 cuando se abocaría al estudio que culminó en el libro Santa Muerte. La segadora segura (Ariel).

"Llevaba dos años en un proyecto de libro sobre la Virgen de Guadalupe, pero no encontraba la misma inspiración o pasión que tenía para mis proyectos anteriores, estaba aburrido", confiesa.

En pleno tedio temático le sorprendió una noticia: el Ejército Mexicano había arrasado, en la frontera con Texas y California, con unos 40 altares de la Santa Muerte, evidenciando para Chesnut que la consideraban un enemigo poderoso.

Tras un rastreo en Google para conocer qué tanta literatura en inglés o español había sobre el tema, encontrar que los estudios académicos eran casi inexistentes y consultar con colegas, el experto en Estudios Religiosos en la Virginia Commonwealth University de Richmond tomó la decisión de dejar de lado por un tiempo a la Virgen mestiza y profundizar en el culto a la Santa Muerte.

En tu libro cuentas que en el inicio de tu interés por estudiar el tema querías entender por qué el Gobierno mexicano había declarado a la Santa Muerte enemiga virtual del Estado. ¿Encontraste la respuesta en tu investigación?

Sí, fue bastante obvio. El Gobierno de Calderón la había tachado de narcosanta, como la entidad espiritual más asociada con ciertos cárteles. Y el PAN, el partido de Calderón, tiene fuertes vínculos con la Iglesia católica, a la que no le gusta mucho la competencia, y mucho menos de santos heréticos.

¿Qué peculiaridades hallaste en el culto a la Santa Muerte que no estuvieran presentes en ningún otro culto?

Lo más importante es que es una de solo tres santos populares esqueléticos de América. Los otros son San La Muerte, de Argentina y Paraguay, y Rey Pascual, de Chiapas y Guatemala. Su personificación de la muerte -además como figura femenina- es inédita. Una paradoja que aún me fascina es que ella representa la muerte, pero ejerce un papel muy importante de curandera.

Mucha gente le pide más días o más meses de vida, pide sanación de un enfermo... Esa paradoja de la muerte que cura me fascina, es inusual.

En ese rasgo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR