Entrevista / Dan Brown / Revela los secretos de Da Vinci

AutorC.M. McDonald

La trayectoria de Dan Brown como escritor de ficción alzó el vuelo con la publicación en el 2003 de El Código Da Vinci, una novela sobre sociedades secretas y que ha sido comparada con Harry Potter como fenómeno editorial.

Recientemente publicado en español, el libro se ha colocado en pocas semanas entre los más vendidos.

La primera novela de Brown fue Digital Fortress (La fortaleza digital), un thriller sobre tecnología en el que la Agencia de Seguridad Nacional utiliza su supercomputadora para monitorear a los ciudadanos estadounidenses en un esfuerzo para frenar ataques terroristas. El libro apareció antes de los sucesos del 11 de septiembre del 2001.

Le siguió Angels and Demons (Angeles y demonios), en la que aparece por primera vez el simbólogo Robert Langdon, quien regresa en El Código Da Vinci. Brown asegura que sus futuras novelas se enfocarán en Langdon.

Esta entrevista fue realizada cuando El Código Da Vinci se mantenía en la cumbre de las listas de best sellers en Estados Unidos. A finales del 2003, el libro seguía dentro de las primeras posiciones y las primeras tres novelas de Brown estaban siendo reeditadas en pasta dura para capitalizar el éxito de El Código Da Vinci.

-¿Cuánto tiempo le tomó vender su primera novela?

Tuve una suerte excepcional. Mi libro se vendió en 20 días. El primer editor que lo vio, lo compró. En parte fue porque se trataba de un tema excepcionalmente comercial en ese entonces: la seguridad nacional y la privacidad civil, descifrado de códigos electrónicos, correo electrónico, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Fue una obra de ficción con verdaderos nexos al mundo real.

-¿Hubiera escrito Digital Fortress de manera distinta si lo hubiera hecho después del 11 de septiembre y con conocimiento de algunas de las controversias que surgieron sobre el Departamento de Seguridad Interna?

No lo creo. Lo chistoso es que cuando empecé a escribir ese libro y me enteré de la NSA, pensé: "Dios mío, ésta es una enorme invasión a la privacidad". Contacté a un ex criptógrafo de la agencia y le pregunté: "¿Tienes conciencia de lo que ustedes están haciendo? El escrutinio de correos electrónicos y celulares es una invasión a la privacidad". El tipo respondió de una manera brillante. Me envío por fax la transcripción de una audiencia judicial del Senado en la que el entonces director del FBI, Louis Freeh, testificó que tan sólo en ese año -creo que era 1994- la facultad de la agencia para infiltrar comunicaciones civiles había evitado el derribamiento de dos vuelos comerciales en Estados Unidos y un ataque con armas químicas en territorio estadounidense. Lo chistoso fue que debo haber ofrecido 150 entrevistas distintas en radio tras la publicación de Digital Fortress y los radioescuchas nos llamaban diciendo: "No puedo...

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