Entrevista / Francisco González-Pulido / Dibuja su destino con éxito

AutorAlejandra A. Reyes

Aquel 13 de agosto de 1999 era un caluroso día en la ciudad de Chicago, tanto que Francisco González-Pulido tuvo que detenerse en un hotel para refrescarse antes de llegar a la oficina del alemán Helmut Jahn. En ese entonces, el joven arquitecto, quien tocó la puerta de uno de los despachos más reconocidos del mundo, pensaba que podría quedarse un año, quizás, para aprender y crecer en escala.

Hoy, es socio y presidente de esa firma internacional.

Egresado del Tecnológico de Monterrey y con una maestría en Harvard, la historia de González-Pulido está llena de visión hacia el futuro y de pasión por la arquitectura.

Originario de la Ciudad de México, este creativo nació en febrero de 1970 y a los 6 años se mudó con su familia hacia el norte del País. Desde pequeño, el arte y la ciencia fueron dos fuerzas que convergieron en su imaginación, por lo que igual toca la guitarra que explora nuevas y sofisticadas tecnologías para sus diferentes diseños.

Orgulloso de ser un mexicano representando a su país en el estudio Jahn (antes Murphy/Jahn), con sede en Chicago, Illinois, Francisco comparte su visión personal sobre la arquitectura.

¿Cuándo decidiste que querías ser arquitecto?

Probablemente tenía 17 años. La arquitectura no fue una decisión muy consciente, siempre estuve dividido entre la ciencia y el arte y la carrera fusiona adecuadamente estas dos fuerzas que son muy importantes para mí.

Como seis meses antes de entrar, me picó el gusanito del rock and roll. Le dije a mi papá: "Si esto no funciona, me meto a la escuela de arquitectura" y, pues, el rock and roll no funcionó, entonces, a la escuela...

¿Qué tocabas?

La guitarra eléctrica y la sigo tocando. Tengo una colección de guitarras y amplificadores.

¿La música ha alimentado tu arquitectura o la arquitectura a tu música?

Mi trabajo es muy demandante, y la música es un verdadero refugio. Mis dos pasiones -fuera de la arquitectura- son correr y la música, y trato de no mezclar los mundos, de mantenerlos separados porque es ahí donde me puedo desconectar de lo demás.

Yo nutro la arquitectura de disciplina y de mantenerme atento a lo que está pasando a mi alrededor y en la industria.

¿Cómo fueron tus primeros trabajos como arquitecto?

Tuve mucha suerte, conocí a una persona que quería una casa y que creyó en mí sin tener experiencia. Me llevó a su terreno, que estaba en medio de la nada, no había camino de acceso, ni agua, ni energía. No había nada. Para mí fue una oportunidad dorada.

Después...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR