Entrevista / Herta Müller / 'No escribo literatura'

AutorSabina Berman

Menuda, vestida de negro, siempre, siempre, hoy con un vaquero y una chaqueta negras, Herta Müller habla de prisa, pasionalmente, en esta charla de 90 minutos que sostuvimos ante un auditorio repleto en la FIL de Guadalajara. Aquí algunos trozos.

Hola Herta Müller. Para empezar a hablar de las palabras y los relatos que las palabras hilvanan, empecemos por hablar del silencio. Naciste en el seno de una familia silenciosa. ¿Por qué callaba tu madre?

Provengo de un pueblo pequeño de campesinos. Mis padres también eran campesinos, rumano-alemanes. Y los campesinos no hablan mucho. Los campesinos callan sobre sí mismos. Además, en los años 50 reinaba el estalinismo y en esa época estaba prohibido hablar, y la gente se acostumbró a callar. Especialmente, mi madre se callaba la historia de su deportación a un campo de trabajo soviético.

¿Tu padre, qué era lo que principalmente callaba?

Mi padre había estado en la SS, durante la Segunda Guerra Mundial, y no quería volver a reconocer su culpa una vez más.

Vas a la ciudad, estudias, empiezas a escribir sobre ese mundo silencioso de tu pueblo y tu familia. Cuando publicas, tu madre te dice "escribe de otra cosa, de cualquier cosa, déjanos en paz".

Mi madre vivía en el pueblo y la gente empezó a atacarla. Iba al campo y nadie quería trabajar a su lado; a mi abuelo, que entonces ya tenía 90 años, su barbero de toda la vida se negó a atenderlo. Fueron excomulgados. Y si yo llegaba al pueblo, me escupían a la cara. Así que yo nunca regresé al pueblo.

En la ciudad escribes sobre la vida en la dictadura de Ceausescu. De nuevo rompes con palabras un pacto de silencio. La policía te interroga, te quita tus escritos. De nuevo la exigencia: "escribe de otra cosa". ¿Por qué no escribes de otra cosa que no fuera la dictadura?

(Luego de reirse) Bueno, pues entonces no hubiera hecho falta que yo escribiera. Yo no escribo literatura, yo cuando escribo quiero saber cómo funciona la vida. Yo sólo puedo escribir sobre lo que está alrededor mío, lo que yo veo y lo que yo vivo, y lo que yo veo que está viviendo la gente. Pero sí, entiendo a qué te refieres, escribir fue una locura. De hecho a mí me veían como enemiga en los dos lados, en mi propia minoría y en el Estado. En Rumania en los últimos tiempos hay una autoridad que se encargó de procesar los expedientes que el Servicio Secreto hizo, y yo ví mi expediente: dos mil páginas detallando las agresiones y el espionaje a los que me sometieron. Pero, ¿sobre qué otra...

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