Entrevista / Richard McGuire / Helo aquí

AutorBernardo Fernández Bef

NOVELISTA GRÁFICO Y ESCRITOR

En 1989, el término novela gráfica aún no se popularizaba fuera del contexto de los cómics. Maus, de Art Spiegelman, tenía pocos años de haberse publicado sin que su gran influencia en el mundo editorial se hubiera dejado sentir del todo.

Era un momento en que las historietas para adultos en Estados Unidos se dividían entre superhéroes revisionistas (como Watchmen, de Moore y Gibbons, o The Dark Knight Returns, de Frank Miller) y los cómics alternativos como Maus o el trabajo de autores como Harvey Pekar o los hermanos Jaime y Beto Hernández.

En aquel entonces, Richard McGuire publicó un cómic de seis páginas en RAW, revista antológica de cómic experimental, dirigida por Spiegelman y su esposa, Françoise Mouly. La versión original de Aquí narraba el transcurso del tiempo a través del rincón de una casa norteamericana, sobreponiendo viñetas situadas en distintos años. La idea, genial en su simpleza, se convirtió en la semilla de la novela gráfica que ahora presenta el autor en México, editada en castellano por Salamandra y motivo de este intercambio epistolar.

¿Qué autores te atrajeron originalmente a la narrativa gráfica?

Tengo tantas influencias que es difícil saber por dónde empezar. Recuerdo haberme sentido atraído primero por Krazy Kat y Popeye. Amaba a los personajes, el estilo de dibujo y, en ambos casos, el lenguaje, utilizado de una manera fonética muy divertida.

Leía a diario la tira de Charlie Brown en el periódico, como todo niño de mi edad, y si bien nunca he pensado en ella como una influencia importante, simplemente la disfrutaba. También leía la tira de Periquita, de Ernie Bushmiller; el diseño era tan atractivo y simple que lo siento más como una posible influencia.

Crecí en los 60, viendo mucha tele y animación; las viejas caricaturas de Popeye de los hermanos Fleischer eran de mis favoritas. Toda la onda contracultural comenzaba a llegar a los medios. Empecé a ver todos los carteles sicodélicos y los cómics underground. Me gustaba especialmente (Víctor) Moscoso, tanto sus carteles como las historietas. Robert Crumb también fue importante para mí. Recuerdo ver la película animada del Gato Fritz cuando era adolescente.

También era un gran aficionado a los Beatles, la cinta del Submarino amarillo me produjo una honda impresión. Más tarde, descubrí la revista RAW. Me volví fan de inmediato. Era de gran tamaño y contundente. Muy internacional, con todos esos estilos tan diferentes. Creo que, en aquel momento, el que más me impresionó fue Joost Swarte. También amaba a Mark Beyer, Charles Burns, Gary Panter, José Muñoz y Javier Mariscal.

Nunca pensé seriamente en convertirme en un caricaturista, mi primer amor fue el arte. Hacía esculturas y piezas de arte performático en la escuela. Eran los 70 tardíos, las escenas punk, new wave y no wave se estaban desarrollando. La banda que fundé (Liquid Liquid) salió de eso. Ir a conciertos y comprar discos era importante para mí. Hice todo el diseño para nuestros carteles y discos.

También empecé a pegar dibujos de gran formato en la calle, como una reacción al graffiti que veía. Los dibujos eran esténciles recortados burdamente, pintados con pintura en spray, todos incluían frases poéticas de modo que de alguna forma era narrativo.

No dibujé mi primera historieta...

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