Escalera al Cielo

AutorSergio González Rodríguez

La marionetas de Sabina Berman

La dramaturga Sabina Berman, famosa por obras como Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, y quien ha defendido la idea de un teatro para públicos amplios, enarbola su tesis ahora hasta el grado de ponerla donde siempre ha apuntado, aunque antes se había negado a explicitarlo así. Y es que, al fin, se destapan sus intereses, ya que el teatro que propone penetra, ¡ayy!, en la frivolidad y el espectáculo más primarios.

Bajo el oportunismo que trajo consigo el éxito mundial de la obra Monólogos de la vagina, de Eve Ensler, cuyas secuelas van desde piezas, gulp, tan carnavalescas como Confesiones de un pene, Baño para damas, Baño turco, Todos tenemos problemas sexuales, Chicos cantando y desnudos, etcétera, que sin duda trascenderán a la historia de la escena mexicana en tanto versiones actualizadas de los viejos vodeviles y el "déshabillé" que hizo babear a nuestros abuelos, la obra (o perfomance, desde luego, ya que es preciso dotar a los desfiguros de un acento culto y autojustificatorio) Las marionetas del pene promete ser, en boca de Sabina Berman: "¡una celebración de libertad para el pene!".

De acuerdo con las declaraciones vertidas por la madre de semejante proyecto, que se han difundido en el órgano por excelencia de las artes escénicas mexicanas, denominado Oooorale! (núm. 175), Las marionetas del pene mostrará sobre todo, y para que no quepa, aich, duda, que el tamaño sí importa, puesto que los "actores", es un decir, deberán "tener un don para comedia y tener penes (sic), no largos sino flexibles (sic-sic)".

¡Cuán notable muestra de originalidad y temperamento creativo! Desde Aristófanes no se veía tal despliegue en el teatro mundial. Pero, dejemos que Sabina Berman nos introduzca (¿qué passsó?) la materia de su genial trabajo: "¿Cómo es un pene bello? Creo que es un pene que se siente cómodo. Las mujeres más bellas son las que se sienten tan cómodas que se dejan de mirar". ¡Sopas!

Sí, por ejemplo, las muñecas inflables. Aunque, si se medita bien esa cápsula de sabiduría, se podría derivar toda una preceptiva del piropo, que comenzaría por algo como: "¡qué cómoda está usted, señorita!", por lo que las mujeres competirían en adelante con los sillones por el favor de su respectiva pareja erótica.

Quién lo diría, que para Sabina Berman no hay mujer fea, ni bonita tampoco, sino sólo confortable.

La dramaturga explica que Las marionetas del pene es "originalmente un performance australiano, divertidísimo y...

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