Espera mexicano milagro

AutorAngel Villarino

Corresponsal

Si no se produce un milagro de última hora, Ramiro Hernández Llanas será ajusticiado el miércoles 9 de abril en Huntsville, Texas, con una inyección letal de pentobarbital.

Mientras la fecha se acerca, los abogados del reo mexicano agotan todos los recursos legales para salvarlo. Si no lo consiguen, se le suministrará la inyección, un potente anestésico que lo sedará y después lo matará.

Hernández fue condenado hace catorce años por asesinar a Glen Lich, abogado y profesor universitario del Condado de Kerr, Texas, el 15 de octubre de 1997.

Durante el juicio, Hernández fue identificado por la esposa de la víctima.

El jurado popular, compuesto por seis hombres y seis mujeres, lo declaró culpable tras una deliberación de menos de 10 minutos.

Originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, Hernández era un migrante indocumentado de 29 años que trabajaba en el rancho de Lich como peón.

Según la Policía, entró en la casa de Lich y la emprendió a golpes armado con una barra de hierro para, posteriormente, asestarle 11 puñaladas.

Hernández atacó después a la esposa, la ató de pies y manos y la violó, según el reporte de la Policía que investigó el homicidio, y de la propia mujer.

En el Condado de Kerr, un área rural despoblada, el asesinato provocó una oleada de rabia popular. Tanto que los abogados del mexicano promovieron que su juicio fuera trasladado a otra jurisdicción para que escoger a un jurado que no estuviera condicionado.

Por ello, Hernández fue llevado al Condado de Bandera, donde en febrero del 2000 se le condenó a muerte.

La defensa siempre insistió en que el mexicano padece un importante retraso mental, lo que le debería permitirle conmutar la pena.

Hernández cumplía los tres supuestos que se han de dar para determinar la incapacidad mental de una persona: "La definición clínica de retraso mental incluye un cociente intelectual por debajo de un estándar, de 70 u 80 puntos de IQ", aseguró a REFORMA el abogado estadounidense Gregory Kuykendall, director del Programa Mexicano de Asistencia Legal.

"Además, se tiene que demostrar un comportamiento que no le permita adaptarse, por ejemplo que no pueda mantener un empleo, comportarse públicamente, hacer sus propias cuentas", añadió.

El tercer elemento es que los dos anteriores se presenten en el paciente antes de la edad de 18 años.

"La gran injusticia es que Hernández cumple los tres y es bien obvio que tiene retraso mental, pero la forma en que Texas como estado, y este tribunal en...

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