Frenarán el avance urbano

REFORMA/Redacción

El Ordenamiento Ecológico frenará el mercado inmobiliario que tiende a urbanizar el suelo de conservación del Distrito Federal, aseguró Iván Azuara, director Ejecutivo de Ordenamiento Ecológico del DF.

Se trata de un decreto, explicó el funcionario, que prohíbe cualquier actividad distinta a los usos tradicionales de los 46 pueblos que conforman el territorio rural de la Ciudad de México.

El objetivo del Ordenamiento es impedir que la franja urbana (41 por ciento de las 150 mil hectáreas que conforman el territorio del DF) continúe la dinámica de crecimiento a costa de la porción rural (59 por ciento de la superficie total), agregó Azuara.

En Milpa Alta, por ejemplo, el Ordenamiento sólo permitirá las actividades agroforestal y agroecológica, además de que toda la porción sur de la Delegación queda definida como zona forestal de conservación y protección especial.

Por la tradición cultural de sus habitantes y la aptitud de sus suelos, parte de Tláhuac será considerada área agroecológica especial, cuya vulnerabilidad requiere "una regulación especial, a fin de conservar estos terrenos por sus valores ecológicos y culturales".

Parecieran limitaciones lógicas que siempre debieron estar ahí, pero lo cierto es que la dinámica de expansión de la mancha urbana desplazaba cualquier acotamiento, comentó Azuara.

Sin embargo, señaló, si bien la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó el Ordenamiento Ecológico el 28 de abril y lo remitió para su publicación e inmediata puesta en vigor a la Jefatura de Gobierno, ésta no ha cumplido con el mandato.

El decreto ordena "aplicar instrumentos económicos, fiscales, financieros y de mercado para retribuir a los pueblos, ejidos y comunidades del suelo de conservación, por los servicios ambientales que sus terrenos ofrecen a la zona metropolitana".

Prohíbe la siembra de semillas transgénicas, "a menos que exista un estudio técnico y científico que demuestre que el material no afecta a los ecosistemas naturales, la salud humana y el ganado".

Más que un decreto impuesto por la autoridad, expuso Azuara, el Ordenamiento surge de estudios científicos que precisaron la vocación natural de los suelos y del consenso de las propias comunidades.

A través de una consulta pública, los pobladores de la franja rural definieron, conforme a las sugerencias de los estudios científicos, qué tipos de actividad correspondían con sus culturas y tradiciones.

El Ordenamiento Ecológico es un instrumento...

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