Froylán M. López Narváez / Adiós a las albas

AutorFroylán M. López Narváez

Prontamente, con una celeridad que pasma, el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional... "ha terminado de consultar a decenas de miles de bases de apoyo. Entre los días 20 y 26 de junio se realizaron reuniones y asambleas en más de mil comunidades indígenas en el suroriental estado mexicano de Chiapas".

A ocho días de declarar una alerta roja los neozapatistas de original ánimo subversivo informan que "el EZLN emprenderá una nueva iniciativa política de carácter nacional e internacional". Se colige ahora que con esta decisión vasta, no cabal -"menos del 2% decidió no apoyar la propuesta"- los insurgentes de proclama radical optan, también según sus palabras, "después de analizar las ventajas y desventajas, los peligros y los riesgos, todos y todas se manifestaron, con voto individual y libre, sobre la propuesta".

A fin de que los simpatizantes, los adversarios y los enemigos de los indígenas reivindicadores y resueltos sepan a qué atenerse y cómo quieren seguir reclamando democracia, libertad y justicia, en ese orden requieren, publicarán en días próximos, textos que conformarán parte de la llamada "Sexta declaración de la selva Lacandona", en donde se supone habrán de signar, si no su estrategia, sí los acuerdos a los que llegaron "sólo hombres y mujeres, 100% indígenas y 100% mexicanos, mayores de edad, bases de apoyo del EZLN...". Seguramente en los nuevos textos habrá especificaciones de los sentimientos y pensamientos de los muchachos y niños de sus comunidades, toda vez que estas luchas se traban pensando, sobre todo, en los porvenires de los menores de edad, sin menosprecio de las señoras y señores grandes.

No se entiende que el apagón de "alerta roja", que se temía fuese anuncio de guerra o inicio de combates esporádicos, ya sea por temor de acoso y victimación o por la decisión de reanudar batallas a como diera lugar. En esta hora no se advierte un propósito de esta laya, sino, como diría el semiclásico norteño, "todo lo contrario".

Empero, más de un millar de soldados de distintas zonas militares del territorio chiapaneco se concentraron en la base Rancho Nuevo, en las cercanías de San Cristóbal de las Casas. Corrieron versiones de que la movilización tenía o tiene el afán de entrenar, no cercar ni acosar. El caso es que milicias, espías y agentes circundan las áreas de estancia e influjo de los zapatistas. Al poco tiempo de haberse iniciado la rebelión, un...

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