Gerardo Kleinburg/ De Viena a Auschwitz
| Autor | Gerarado Kleinburg |
Sobrina carnal del mismísimo Mahler e hija de Arnold Rosé, excepcional violinista austriaco, fundador del célebre Cuarteto Rosé (que estrenó algunas de las obras camerísticas brahmsianas ulteriores) y concertino durante más de 30 años de la Filarmónica de Viena, Alma no sólo vivió en la más musical de las capitales del mundo, sino que mamó y se forjó como parte sustancial de uno de los sitios y los momentos más espectaculares de la música occidental. Richard Strauss jugaba cartas con su padre, mientras ella estudiaba el violín en su cuarto. Todos y cada uno de los grandes nombres del mundo de la música de concierto y de la ópera pasaron cotidianamente por una casa que era, sin exagerar, uno de los centros neurálgicos de la vida musical de ese paraíso del cambio de siglo.
Hermana de otro excepcional y versátil músico, Alfred, Alma Rosé vivió toda su infancia y adolescencia en un auténtico paraíso musical, social y familiar. Sus más cotidianos actos estaban impregnados de la mejor música concebible y la música que le rodeaba era hecha por los más grandes intérpretes vivos. Perfección, técnica, comprensión estilística, cultura y sentido del quehacer musical colectivo fueron sus enseres domésticos, sus juguetes favoritos, tal vez únicos.
Por eso el desenlace es tan brutal, por eso la debacle es tan salvaje. Un matrimonio mal avenido es el inicio, el creciente clima de antisemitismo monta la escenografía de una tragedia impresionante, una conversión al protestantismo se torna un último esfuerzo desesperado y denigrante, el Anschluss hace de su pasado más reciente un espejismo grotesco, la vergonzante y violenta expulsión de su padre de la Filarmónica de Viena inicia la caída libre, un amor ciego y una serie de coincidencias malhadadas la hace comenzar a rodar como judía fugitiva por áticos holandeses y granjas francesas, un intento abortado de huida la encierra en un campo de concentración francesa, y los inútiles esfuerzos de familiares, amigos y admiradores no logran salvarla de su destino final: Auschwitz. En el camino, los buenos y los malos quedan al descubierto, los timoratos y los trepadores también, los infelices y los héroes igualmente. Un portazo en la cara de una suplicante Alma, por parte del malnacido de Backhaus, resume cómo grandeza musical y pusilanimidad se funden y confunden en uno de los momentos de mayor oscuridad de la historia moderna. A su manera, la vida y la caída de Alma Rosé hace las veces de un tamiz que criba...
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