Visión Internacional/ La globalización significa la occidentalización
| Autor | Christoph Bertram |
MUNICH.- ¿Produce la globalización un mundo de democracias? La respuesta fácil en un "No" rotundo. Sin embargo, para un régimen autocrático, sí aumenta el costo de no tener sistemas políticos responsables. En este respecto la globalización implica, quiera o no, la occidentalización.
Esto es muy diferente a la vieja idea liberal de que el comercio y el contacto con los regímenes totalitarios engendran la democracia, tarde o temprano, una idea en exhibición durante la visita del Presidente Clinton a China. Sin duda esperaba, al igual que muchos en Occidente, de hecho en la misma China, que la visita acelerara el cambio en China, abriendo el régimen de un solo partido e introduciendo a la sociedad china los valores del Occidente democrático.
No es probable que esta esperanza se realice, pero no por falta de intentos del carismático Presidente de Estados Unidos. Es simplemente porque la relación entre los lazos económicos y el cambio democrático es más compleja. Es verdad que el comercio hace que cualquier país en la era de la globalización, independientemente de su ideología política, sea más dependiente de todos los jugadores en el mercado mundial. Aun si los dirigentes de China quisieran hacerlo, ya no podrían proteger a sus súbditos del contacto con bienes, mercados e ideas occidentales.
Deducir de esto, sin embargo, como lo hacen los líderes occidentales cada vez que visitan lugares como China, Cuba, e Irán, acompañados de empresarios ansiosos, que de alguna manera una mayor interdependencia económica automáticamente alentará reformas políticas en el país anfitrión, hace recordar la ingenuidad de muchos en Occidente durante los días de la disminución de tensiones con los países comunistas. En ese entonces, se creía que el contacto con la vieja URSS y sus satélites promocionaría un cambio a nivel nacional. Pero los regímenes autocráticos, como aprendimos con las decepciones de este periodo, son inusitadamente bien preparados para sofocar los deseos de libertad de sus ciudadanos.
La evidencia más reciente de que la economía y del sistema político pueden no estar sintonizados se encuentra hoy en día en Asia. La crisis financiera del cual se aqueja esta región tiene sólo un año y es probable que dure más. Existen muchas causas de esto, pero la razón más ampliamente reconocida por la cual brotó la crisis, y por la cual se niega a desaparecer, es ésta: los países asiáticos, mientras abrían sus sistemas económicos, mantenían cerrados sus sistemas...
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