Guadalupe Loaeza / Los chiquitos
| Autor | Guadalupe Loaeza |
Hoy quiero hablar de Roberto Campa y de Patricia Mercado. No porque ninguno de los dos tenga posibilidades de llegar a la Presidencia, sino porque no han dejado de ser candidatos fundamentales en este proceso. Muchas de sus propuestas han resultado propositivas, incluso sus denuncias como la que le hiciera Campa a Madrazo en el primer debate respecto a la falta de pago de los impuestos del candidato por el PRI. Por lo que se refiere a la candidata de Alternativa, se podría decir que su partido ya obtuvo el registro si tomamos en cuenta las más recientes encuestas en donde aparece con un 6 por ciento de preferencias. Falta saber si esto se va a reflejar después de la votación.
Roberto Campa. Hace mucho sé del candidato de la Nueva Alianza, de ahí que no me hubiera sorprendido que de todos los priistas él hubiera sido prácticamente el único que se opuso al desafuero. De hecho sale como uno de los entrevistados en el documental de Luis Mandoki expresando de una manera muy elocuente sus razones de por qué le parecía aberrante la posibilidad de desaforar a López Obrador. También lo recuerdo muy bien desayunando con la maestra Elba Esther Gordillo. Cada vez que iba al café Balmoral del Hotel Presidente Intercontinental, me los encontraba en pleno tête tête intenso y acalorado, no obstante, siempre me saludaba con mucha cortesía así como Elba Esther. De los dos debates, me gustó su intervención en el primero. Sin embargo, en el segundo lo encontré demasiado tenso. Hay que reconocerle que fue a él al que se le ocurrió firmar un acuerdo de civilidad entre los cinco partidos, el cual curiosamente, terminó por no firmar. Pero, sin duda el Campa que más me gustó fue el que entrevistó José Gutiérrez Vivó en una espléndida serie de entrevistas llamada "Ésta es su casa". Si partimos de la tesis de la poetisa mexicana Pita Amor "yo soy mi casa", la familia Campa se parece a la suya. Así de armoniosa, de bonita, de cálida, de buen gusto, la advertí. Me gustó la decoración, la distribución, pero sobre todo, su biblioteca. Me gustó que el candidato fuera un ávido lector de historia de México y literatura. Me gustó la forma en que lo veía su esposa guapísima. Pero especialmente me llamaron la atención sus cuatro hijas. Una más bonita que otra. Qué familia tan unida, equilibrada y solidaria del señor de la casa. Para mí fue una muy agradable sorpresa descubrir el universo tan rico de un político mexicano. Estoy segura de que Roberto Campa es un hombre feliz.
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