Guadalupe Loaeza / Doce chapulines
| Autor | Guadalupe Loaeza |
Para mi amigo el flamante gobernador de Tabasco, Arturo Núñez.
Recibir el Año Nuevo en Oaxaca es de suyo un espléndido augurio. Por ello y porque llevo en mis venas sangre oaxaqueña desde hace cuatro generaciones, me gustaría dedicarle mis 12 deseos para el año de 2013.
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Deseo que Oaxaca sea para el próximo año, el estado más visitado de toda América Latina. Deseo asimismo que vengan turistas de todo el mundo, desde la isla de Sri Lanka hasta la península de Kamchatka. Para los compatriotas que aún no conocen Oaxaca (especialmente los del norte), les quiero decir que se han perdido la oportunidad de extasiarse frente a Santo Domingo, o ante las pirámides de Monte Albán. Se han abstenido, igualmente, del silencio milenario que se respira entre las ruinas de Mitla y de la sombra del ahuehuete más viejo y más grande del mundo llamado El Tule cuya edad rebasa los 2 mil años, está como nuevo bien regadito y muy frondoso. Por último diré que no conocer Oaxaca significa la imposibilidad de entender la pintura de Francisco Toledo y Rodolfo Morales, desconocer la historia de nuestro país y, por si fuera poco, no comprender a cabalidad que: "Dios nunca muere...".
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Deseo que Oaxaca encuentre el punto de equilibrio entre el derecho de los niños a una educación de mejor calidad y los derechos del magisterio, con un nuevo entendimiento con la autoridad estatal, para que con la reforma educativa todos salgan ganando. Con ello, deseo que Oaxaca deje de ocupar los últimos lugares estatales de aprovechamiento escolar en el ya de por sí bajo rendimiento de México entre los países de la OCDE.
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Deseo que Oaxaca exporte por todo el mundo sus artesanías, incluyendo su barro negro y el verde, cuyas soperas están cubiertas de alcatraces y pájaros. Deseo que sus maravillosos vestidos de San Antonino y sus huipiles del Istmo de Tehuantepec y de Yayala sirvan de inspiración a los grandes diseñadores de moda de Francia e Italia. Deseo que las mamás irlandesas, danesas y francesas envuelvan amorosamente a sus bebés con rebozos oaxaqueños de lana y seda natural y que les canten canciones de cuna en zapoteco.
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Deseo que el derecho constitucional a la salud sea una realidad en este estado milenario, en especial que no existan más muertes de mujeres durante el parto y que no se vean privadas de sus derechos políticos en ninguna comunidad oaxaqueña.
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Deseo que el mezcal de Oaxaca se convierta, por decreto, en la bebida nacional por excelencia. Que además de que se...
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